Maritza García
Maritza García

“No me lo esperaba. No sé mucho de lo que me han nombrado. Ni sé quién ni cómo ni cuándo. [...] Yo no sé por qué me han nombrado”, le dijo Orlando Franchini Orsi (92) a El Comercio cuando ese medio lo contactó para preguntarle al abogado de 92 años sobre su recién conocida designación como presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales.

Dos días después, el ministro del sector Justicia (escogido, presuntamente, para darle luz verde al indulto a Fujimori), Enrique Mendoza, lo desmiente: Franchini renunció porque quiere “tener la paz de su hogar y no estar en una situación difícil que pueda acarrear su edad misma”.

La contradictoria explicación se pone peor: ¿Por qué dijo Franchini que no sabía nada? “Aceptó”, pero “sin el conocimiento de cómo opera una comisión”; le iban a enseñar a pedalear cuando estuviera subido en la bici, dijo Mendoza.

El Gobierno se dispara al pie y el Congreso no se queda atrás. La presidenta de la Comisión de la Mujer, Maritza García, dijo, en síntesis, que cualquier hombre sano puede perder los papeles si la mujer lo saca de “contexto” (sic) diciéndole que lo va a dejar o que anda con otro y que eso puede convertir al pobre hombre en feminicida. Como todo el mundo le cayó encima y hasta su partido (¿cómo que cuál? ¡El fujimorismo, pues!) deslindó de sus “opiniones”, la congresista explicó que eso lo dijo un psicólogo (al que se refirió como “maestro”) en una charla para mujeres. ¿Quién es ese individuo? Un psicólogo que fue expulsado de las aldeas infantiles por tocamientos indebidos a menores. También fue el que llevó al Congreso de la República a un individuo al que encontraron libando en su casa y a solas con dos niñas de 16 y 11 años.

Como todo es naranja, no pasará nada.