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Leguleyada Express
“Si estorbas, o te intentan comprar o te cae la Policía, el Ministerio Público, el Poder Judicial, la prensa chicha y hasta la Sunat y todos los ministerios. (...) Así funcionaba el Estado con el fujimorismo”.
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La premura para bajarse al presidente no llama tanto la atención si uno se fija en el récord de los proyectos de ley auspiciados por el fujimorismo, algunos de los cuales rompieron con seguridad muchos récords de velocidad.
Por ejemplo, el Proyecto 1874, que le sacaba la vuelta al fallo del Tribunal Constitucional que decía que la Ley Antitránsfuga era inconstitucional, se aprobó en dos días. Pero iniciativas legislativas más importantes para la ciudadanía, como la modificación a la ley marco del Proyecto de Irrigación Chinecas en Áncash, estuvo encarpetada siete meses: se presentó en abril y se aprobó en noviembre. No sin antes de que se hicieran públicos los audios de la congresista Yesenia Ponce. ¿Se acuerdan?
El fujimorismo nos quiere devolver a los 90. Algunos no recuerdan lo que fue eso. Algunos creen que un poquito de mano dura no le hace mal a nadie.
Y en otras circunstancias y si no lo hubiera visto directamente, yo estaría de acuerdo. Pero el fujimorismo no es mano dura, sino que solo lo es con quien no se ajusta a lo que ellos quieren y buscan.
Si estorbas, o te intentan comprar o te cae la Policía, el Ministerio Público, el Poder Judicial, la prensa chicha y hasta la Sunat y todos los ministerios. Te dan con todo lo que tienen y la ley se ajusta a sus necesidades. Y no es una exageración, así funcionaba el Estado con el fujimorismo al mando en los 90 y así es como pretenden seguir funcionando hoy: valiéndose de leguleyadas y de su número para salirse con la suya.
Por ejemplo, leguleyada fue bajarse a Saavedra. Leguleyada es irse contra el TC (detenido por la CIDH). Leguleyada es acusar sin fundamento alguno al fiscal de la Nación. Leguleyada es que Becerril, Vilcatoma y demás disparen difamaciones como les da la gana abusando de su inmunidad. Y no hay nada que hacer. Aún.
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