[Opinión] Aldo Mariátegui: R.I.P. Petroperú, que descanse en paz
[Opinión] Aldo Mariátegui: R.I.P. Petroperú, que descanse en paz

Ya es un hecho: Petroperú –ese engendro creado por Velasco, que el necio de Fujimori debió terminar de privatizar y que siempre ha sido 100% ineficiente, superpoblada de burócratas dorados y costosísima para el contribuyente (tanto el oleoducto como la refinería de Talara resultaron dos gigantescos e inútiles “elefantes blancos”)– está virtualmente quebrada.

Está tan insolvente (ya no ilíquida) que el Estado ha tenido en estos días que prestarle –vía un decreto de urgencia, norma que además que huele a irregular– US$ 750 millones para obligaciones de corto plazo (o sea, no hay caja propia, ni créditos privados disponibles) y S/500 millones mensuales para sus gastos de importación de crudo, dos salvavidas del Estado (o sea, dinero de los contribuyentes) que no creo que Petroperú pueda devolver porque debe muchísimo más de lo que genera.

Todo eso básicamente por culpa de esa maldita refinería de Talara, una onerosísima locura que empujaron su ahora nuevamente presidente Campodónico, el magnate de medios Mohme y sus periodistas (Rumi, Bessombes, etc) y el exmandatario Humala con sus ministros Castilla y Merino.

Ese disparate ya está costando US$5,718 millones y los únicos beneficiados van a ser sus constructores Técnicas Reunidas y Cobra. Y esto es solo el principio, porque espérense a cuando Petroperú tenga que empezar a pagar fortunas por esa refinería (US$310 millones anuales por bonos a partir del 2022 y US$150 millones por el préstamo español de CESCE desde el 2023, además de US$2,000 millones cada año para adquirir crudos).

¿El Estado va a asumir el pago de los bonos y el crédito de CESCE? No debe porque no hay una garantía explícita del Estado, así que el presidente y el ministro de Economía que lo dispusiese iría preso. No queda más que hacer lo más racional: liquidar Petroperú y que sus acreedores se cobren como puedan. Ellos sabían perfectamente que estaban financiando un negocio absurdo como Talara; qué se perjudiquen por sinvergüenzas.