Esperando su versión

El gabinete Cornejo nació con un pecado original: luego de la desagradable separación del premier Villanueva, por el fondo y por las formas, y los cuestionamientos por la actuación de la primera dama en los temas gubernamentales, fue presentado ante el Parlamento con una notoria carga política que no logró mermar en su totalidad. El gabinete comenzó debilitado políticamente.
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Juan José Garrido,La opinión del directordirector@peru21.com

Luego, los cuestionamientos por diversas índoles afloraron desde el inicio: primero fue el caso de la ministra Carmen Omonte, luego el caso del premier Cornejo y ahora el del ministro Mayorga. Cuestionamientos que merecen ser estudiados e investigados en nuestra opinión.

Es una lástima porque, como dijimos a los pocos días de su nombramiento, poco podemos discutir la trayectoria de sus integrantes en el plano técnico; la gran mayoría de ellos son expertos en su materia, algunos de talla mundial (el caso del ministro Saavedra, por ejemplo).

No obstante, una cosa no tiene por qué negar a la otra. Es el caso del premier Cornejo y del ministro Mayorga. El primero respecto a la empresa Helios, la red que se teje en el Estado alrededor de la misma y la cercanía a proyectos que caían en el área de influencia del –ahora– premier. El segundo, como hemos visto en estos días, con distintas decisiones que ameritaban, al menos, una aclaración pública. A esto habrá que sumar las declaraciones que señalan el conocimiento pleno del mandatario respecto a los hechos en discusión.

Hay que lamentar, entonces, esta situación, pero no podemos dejar pasar estas denuncias por agua tibia. Si creemos en reforzar las instituciones del Estado, debemos partir por ser exigentes, y en mayor medida con quienes ejercen los más altos cargos públicos.

Perú21 ha tratado de obtener las declaraciones de ambos sin que a la fecha recibamos respuesta alguna. Reiteramos nuestro pedido para recabar su versión. No hay mejor forma de enfrentar estas denuncias que salir al frente y brindar las explicaciones. La estrategia del avestruz solo traerá mayor descontento y desconfianza en la población.

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