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Redacción PERÚ21

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Ricardo Lago,Uso de la palabraEconomista y Asesor Financiero

Con cuatro indicadores en la mano, el gobierno canta victoria en la lucha contra la crisis: (1) la prima de riesgo de la deuda se ha reducido de 600 puntos en 2012 a 200; (2) se ha detenido la caída del PBI; (3) se ha cerrado el déficit con el exterior (la cuenta corriente) que llego a ser de 10% del PBI; (4) y la bolsa se ha revaluado 70% desde el punto mínimo.

Sin duda, la situación ha mejorado mucho en relación al punto más bajo de la crisis (mediados del 2012). Entonces todo apuntaba o a una salida de la zona Euro o a un "corralito" a la Chipre. La fuga de capitales alcanzó 50% del PBI trimestral, el doble del 21% que precipitó el corralito argentino en 2001.

Tres factores salvaron a España del corralito: el sobregiro a que tuvo acceso el Banco de España en el Bundesbank alemán; la histórica declaración de Draghi, presidente del Banco Europeo, en julio 2012, de que entraría activamente a comprar bonos de deuda de los países en crisis para parar la especulación; y la –retrasada- toma de conciencia del gobierno de que tenía que plantearse reformas para revertir la situación.

El premier Rajoy llegó al gobierno a finales del 2011 con un control de las instituciones sin precedente: mayoría absoluta en el congreso y gobierno de su partido en gran parte de regiones y municipios. Un poder suficiente para reestructurar burocracias, eliminar trabas, reformar a fondo la legislación laboral, reducir municipios concentrando funciones, etc. En su lugar, inicialmente, supeditó lo económico al calendario electoral en tres regiones , y luego, optó por un ajuste fundamentado predominantemente en aumentos de la carga tributaria. Con ello ha retrasado las perspectivas de lograr una recuperación económica inequívoca y con momentum suficiente para paliar la abultada tasa de desempleo del 25% (57 % la juvenil).

Con la deuda pública en 100% del PBI (40% hace seis años) y un -todavía– enorme déficit público, la mejoría actual puede esfumarse ante una subida rápida de las tasas de interés internacionales propiciada por el retiro de los estímulos monetarios. España necesita más reformas y menos triunfalismo.

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