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Escenarios de un rechazo

“Tercera opción (la kamikaze): Vizcarra hace una cuestión de confianza para cerrar el Congreso con base en la reforma constitucional rechazada. Esto inevitablemente convertiría esta crisis en una carnicería mayor”.

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Dato inicial: para los que recién llegan a esta tormenta, la reforma constitucional propuesta por Vizcarra es clara: una disposición transitoria que establece que el mandato del presidente y los congresistas termina en julio de 2020 (ya no en 2021). Algo muy parecido a lo que se hizo para la transición paniagüista, como consta en la primera y segunda disposición transitoria que pueden leer en la Constitución que tengan más cerca.
Ahora, pongámonos en el escenario realista de que el Congreso rechace la propuesta. ¿Qué pasaría?
Primera opción (la imperdonable): Vizcarra recula, se arrodilla ante el Legislativo y gobierna doblegado hasta 2021.
Segunda opción (la ingenua): Vizcarra presenta su renuncia y espera que Aráoz haga lo mismo. Esto activaría la sucesión constitucional que llevaría a Olaechea a la Presidencia de la República temporalmente para convocar a elecciones generales. El asunto es que no hay ninguna señal que lleve a pensar que Aráoz renunciaría; por el contrario, tras sus declaraciones de ayer queda claro que no tiene intención de jugar en pared con Vizcarra.
Tercera opción (la kamikaze): Vizcarra hace una cuestión de confianza para cerrar el Congreso con base en la reforma constitucional rechazada. Esto inevitablemente convertiría esta crisis en una carnicería mayor, sobre todo porque esta opción arrastra el problema de que sigue irresuelta la viabilidad de que el Ejecutivo pueda plantear cuestiones de confianza para reformar la Constitución.
Cada una de estas opciones tiene sus propias variantes, pero a grandes rasgos estas son. ¿Qué nos conviene a todos? La primera difícilmente ocurrirá y las otras dos prolongarían y profundizarían la crisis. La mejor opción es otra: que la mayoría legislativa acepte mansamente que este ciclo político llegó a su fin.
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