/getHTML/media/1238503
Rubén Vargas sobre inseguridad: "Se necesita inteligencia no estado de emergencia"
/getHTML/media/1238497
Gilmer Meza de Sutep Lima: "Ministro de Educación -Morgan Quero- debería de renunciar"
/getHTML/media/1238485
Alfonso Bustamante CONFIEP sobre inseguridad: "No hay liderazgo, hay ineficiencia"
/getHTML/media/1238306
Mariana Costa de Laboratoria habla sobre sus encuentros Obama y Zuckerberg en La del Estribo
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238303
¿Cementos y fútbol femenino? Gabriel Barrio de Unacem en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
/getHTML/media/1238198
Lo último: allanan la casa de 'Chibolín'
/getHTML/media/1237508
Hugo de Zela sobre viaje a EE.UU.: "Se intentó explicar al Congreso, pero Dina no quiso"
/getHTML/media/1237506
Abraham Levy: "Hay mucho desinterés sobre los incendios forestales"
/getHTML/media/1237484
Darío Sztajnszrajber, filósofo: "Aprendamos a vivir el amor también con sus sombras"
PUBLICIDAD

Enrique Castillo: “No me defiendas, Ollanta”

Imagen
Fecha Actualización
¿Se da cuenta el presidente Ollanta Humala de que, mientras más trata de defender a su esposa, en más problemas la pone, más dudas genera y más resistencias provoca?

Atacar e insultar todos los días a quienes buscan que su esposa responda las preguntas que todos nos hacemos hace que nos preguntemos por qué el presidente tiene tanto rechazo o temor a que su esposa conteste, como cualquier peruana, las preguntas que la lógica impone.

Apelar a la cuestión de género, como si las mujeres –en tiempos de igualdad y de inclusión– no pudieran o no debieran responder por sus actos o decisiones, es machista o abiertamente discriminador.

En este caso, además, es una mujer que se metió a la política y de lleno al gobierno, y que sabía cuáles eran los riesgos que esto trae. Y, por último, parece que el presidente no recuerda que Eliane Karp estuvo en el Congreso, ante los congresistas nacionalistas, respondiendo precisamente por sus actos, y que él mismo cuestionó y atacó públicamente a Pilar Nores por sus actividades con una ONG y una supuesta relación con el gobierno de turno. O sea, ¿él y los suyos sí pueden atacar y cuestionar a otras mujeres, pero nadie puede pretender preguntarle algo a su esposa?

Es contraproducente señalar que es cobarde investigar o cuestionar a su esposa porque es su compañera en la vida política y porque trabaja en los programas sociales del gobierno. Porque, ante las dudas públicas sobre el manejo económico de las campañas políticas del candidato Humala y sobre el uso de los recursos públicos en la actividad actual de la primera dama, el presidente que ofreció la honestidad para marcar la diferencia debería ser el primero en ofrecer todas las facilidades para que todo se investigue, porque quien no la debe no la teme.

El presidente es el que "levanta" todos los días el tema, y después insulta y se queja. Su esposa podría terminar diciéndole "mejor, no me defiendas, Ollanta" .