En el Estado… no pasa nada

“Para bien o para mal… en el Estado no pasa nada. Con el clientelismo político… no pasa nada. Los “Richard Swing” que están enquistados en casi todas las dependencias del Estado lo dice todo”.
En el Estado… no pasa nada

Para bien o para mal… en el Estado no pasa nada. Con el clientelismo político… no pasa nada. Los “Richard Swing” que están enquistados en casi todas las dependencias del Estado lo dice todo. Con las compras sobrevaloradas del Estado… no pasa nada. Me refiero –por ejemplo– a las mascarillas compradas a diez veces su valor. ¿Y qué decir de los indolentes que frustraron la compra de las tablets? Con la ineptitud… tampoco pasa nada. Todos los involucrados en la fallida reconstrucción del Norte siguen tal cual, medrando del Estado. Y lejos de sancionar a los responsables –como correspondería– el Estado recurre al gobierno británico para que se encargue del muerto. Y así por el estilo. El Estado nos maltrata, nos chantajea, o simplemente nos ignora… y no pasa nada.

Sin embargo, lo peor de todo es que tampoco pasa nada con los buenos funcionarios públicos, que ciertamente los hay… y en buena cantidad. Con los buenos médicos y enfermeras que arriesgan sus vidas por salvar las nuestras… no pasa nada. Con los policías y militares que nos cuidan de la pandemia y de los delincuentes… no pasa nada. En el Estado –fuera de los topes salariales, que son bajísimos– no existe ningún tipo de reconocimiento o incentivo a los buenos funcionarios. Y eso desmoraliza a cualquiera. En resumen, ni para bien ni para mal… en el Estado no pasa nada.

El problema es que este “no pasa nada” ha paralizado al país, económicamente. El “no pasa nada” ha trabado las inversiones. Y –por ende– ha trabado el empleo de millones de compatriotas. El “no pasa nada” también ha trabado las actividades de miles de empresas –pequeñas, medianas, y grandes– que han quebrado por la inacción de muchos malos funcionarios públicos… a quienes no les pasa nada.

Veamos –por ejemplo– el caso de la autopista entre Pisco e Ica. No pasa nada con las liberaciones de predios y retiro de interferencias para la construcción de la doble vía. No pasa nada con las autorizaciones de construcción de los pasos a desnivel. No pasa nada con las aprobaciones de los Estudios de Impacto Ambiental de parte del SERNANP. No pasa nada con el tercer carril entre Pucusana y Cerro Azul. No pasa nada con las vías alternas al puerto y aeropuerto de Pisco. Incluso, no pasa nada con la recepción –por parte de la Dirección Regional de Salud de Ica– de la Posta Médica de Camacho en Pisco, la cual está acabada y operativa.

¡Vamos! El Estado está para que pasen cosas. No para que no pase nada… ni para bien, ni para mal. ¡No al… no pasa nada!

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