La cuarta revolución industrial está aquí y es la transformación digital. Como empresa o persona; accionista, director, gerente, colaborador, proveedor, cliente o ciudadano, ¿vive estos cambios? Si no, su empresa o usted está quedando desfasado y obsoleto.
¿Qué hacer? Como en toda evolución, uno se debe informar, aprender y renovar. Los métodos, procesos y tecnologías de ayer están siendo reemplazados. Tanto empresas como personas desactualizadas son desplazadas.
Las nuevas tecnologías nos vinculan distinto; comprar, vender, operar y comunicarnos móvilmente (diciembre 2017: casi 39 millones de líneas móviles en Perú. INEI); acceder a aplicativos para muchos aspectos de la vida (hasta encontrar pareja) y otras relaciones por venir (2’579,446 apps Android, según appBrain).
Ello genera un reto a las entidades públicas y privadas. Entonces, ¿qué hacer? Las organizaciones deben incorporar miembros de directorio con capacidades digitales, y gerentes con destrezas digitales que promuevan el cambio en toda la organización. Deben definir su estrategia digital centrada en el cliente, enmarcada en la estrategia general y que impulse la competitividad. También debe cuidar su fuerza laboral; según el Global Workplace Analytics, el 65% prefiere trabajar a distancia que un aumento salarial. Esto significa que hay que asignar recursos móviles, presupuesto y talento, sin temor. Si no lo hace, su competencia sí (según el informe de KPMG 2018 Global CEO Outlook, 71% de los CEO están listos para una transformación organizacional radical).
El cambio de mentalidad para abrirnos a nuevas formas de trabajar y a una nueva cultura organizacional nace con las personas.