(GEC)
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El presidente Martín Vizcarra no se cansa de repetir que la salud es lo primero, pero, aunque hace largas semanas anunció un convenio con las clínicas privadas para que los ciudadanos que no encontraran camas UCI en hospitales fueran a tratarse en esos nosocomios con el respaldo de una cobertura del Estado, nunca ha concretado tal acuerdo. Mientras tanto, la demanda y la emergencia nacional ha permitido que las clínicas vayan elevando sus tarifas hasta alturas estratosféricas, impagables, sobra decirlo, para la mayoría de los peruanos.

Las exorbitantes facturas que algunas clínicas están cobrando en Lima por ingresar y atender pacientes de coronavirus son, sin duda, el tema de conversación en estos días. Se sabe, por ejemplo, de establecimientos que piden entre 35 y 45 mil dólares adelantados solo por internar a un enfermo, así como de las fortunas que están costando los tratamientos prolongados en algunas clínicas de la ciudad.

En un país como el Perú, esas cifras llaman a escándalo, ciertamente. El patógeno nos está golpeando con dureza: somos el sexto país con mayor número de contagios en el mundo, y la pobreza se ha convertido en un factor determinante en la expansión de la pandemia entre la población vulnerable. ¿Pero es que en el Ministerio de Salud recién se enteran de que iba a llegar un momento en que los hospitales no se iban a dar abasto?

Pero lo que debiera mover a mayor escándalo es que el reglamento marco para que las clínicas puedan celebrar convenios con el Sistema Integral de Salud (SIS), estableciendo escalas tarifarias para pacientes con COVID-19, tenga que esperar todavía, en estas circunstancias, la eternidad de 4 días y, por supuesto, habrá que considerar la eventualidad de que, a estas alturas, algunos establecimientos no accedan a firmar el acuerdo. Nadie puede obligarlos. ¿Por qué se postergó tal urgencia?

Será tarea de la Superintendencia Nacional de Salud (SUSALUD) verificar si hay cobros indebidos, gastos inflados y demás, pero ni precios ni topes se pueden instaurar por decreto, por eso la relevancia del acuerdo tantos meses postergado.