(Foto:AFP)
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“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso.” Papa Francisco

El papa es infalible, es decir que no se equivoca cuando se pronuncia en asuntos de fe y moral, las afirmaciones del papa sobre las personas homosexuales, en un país católico como el nuestro son escuchadas por millones de peruanos y, por supuesto, tienen gran influencia.

Las palabras del papa han cerrado un ciclo en el que millones de personas LTGBI éramos discriminadas con la anuencia del clero, sin ir muy lejos, un miembro del clero peruano dijo que los homosexuales estábamos fuera del plan de Dios, y que éramos mercadería malograda. A pesar de ello quienes profesamos la fe católica nunca nos hemos dejado de sentir amados por Dios.

Ahora el papa ha señalado en sus declaraciones que “Lo que tenemos que tener es una ley de unión civil, de esa manera están legalmente cubiertos”, aquí debemos distinguir claramente entre el sacramento del matrimonio que es religioso y la institución civil del matrimonio regulada por el Código civil.

Como católica las palabras del papa me alegran y reivindican, sin embargo, desde el derecho civil el matrimonio igualitario, regulado por ley, es la única manera de consolidar la igualdad de nuestras familias, no solo para efectos patrimoniales, sino para todos los efectos, pues las personas pobres también requieren ser reconocidas como familia.

El matrimonio igualitario es una necesidad histórica que se logrará ya sea por ley o por orden judicial.