El nuevo espíritu

Por Luis Llosa, desde República Dominicana

Estamos aún en el centro de la pandemia con todos los cuidados, miedos e incertidumbres por el aspecto médico de la crisis, pero también con la zozobra por lo que ya sabemos que está pasando y va a continuar en el aspecto económico.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido acuñó la frase “Keep calm and carry on” (‘Mantén la calma y continúa’) como una manera de mantener la moral de los británicos durante los embates de la Alemania nazi. El afiche con esa frase se ha convertido en el emblema más popular de la resistencia inglesa, una resistencia que hoy todos los ciudadanos del mundo invocamos para nuestros propios países y vidas: mantener la calma y continuar.

Esos gobiernos y autoridades mundiales tendrán que tomar muy pronto la difícil decisión de cómo ir reactivando el aparato productivo e ir restableciendo la normalidad, pero sin dejar de lado las medidas sanitarias y la disciplina para que esa vuelta progresiva no nos empuje a otra crisis y a una nueva cuarentena.

Es una decisión difícil, que les corresponde a las autoridades, pero le tienen que poner fecha pronto, para sentir todos que tenemos un rumbo común y una luz al final del túnel. La razón de este artículo es referirnos al espíritu y estado de ánimo que va a tener que prevalecer en esa nueva etapa poscuarentena. Plantear lo que nos toca a todos los demás para asegurarnos que podremos remontar la crisis y los estragos posteriores.

Los peruanos vamos a tener que hacer volar la imaginación para proponernos metas que antes ni siquiera habíamos soñado con alcanzar. Apretar los dientes y poner esfuerzos inimaginables en conseguir resultados como nunca antes, manteniendo un espíritu de lucha inquebrantable para que del problema, de la crisis, hagamos una virtud, a pesar del dolor por los seres queridos que se irán a causa del COVID-19.

Para usar un símil futbolístico, es como si el Perú jugara la final de un mundial de fútbol: con esa misma intensidad, entrega y pasión tendremos que mantener nuestra motivación por salir adelante en los próximos meses y años. Es lo que marcará el antes y el después.

El gobierno de Vizcarra ha hecho lo que tenía que hacer y se ha sentido que hemos navegado con la orientación correcta, pero ojalá salga de este nuevo contexto un líder o líderes que sean capaces de mantener plenamente vigente el espíritu de lucha y la gran motivación de llevarnos a logros nuevos a pesar de haber vivido esta debacle.

Es significativo que esta crisis nos llegue a los peruanos cuando falta tan poco para la conmemoración del bicentenario de nuestra independencia. Nos hace pensar en los desafíos que hace dos siglos enfrentaron nuestros ancestros. Ellos decidieron luchar por tener un país independiente y libre. Y a pesar de las enormes dificultades y problemas, lo consiguieron.

Un reto similar se abre hoy ante nosotros, doscientos años después. El desafío es reconstruir nuestra economía y nuestra salud pública, a pesar de los grandes problemas que afrontarán, junto a nosotros, todas las naciones del mundo. Como entonces aparecieron esos líderes que supieron inspirar y guiar la causa independentista, así tenemos hoy que lograr una mística que con disciplina y resignación nos ayude superar esta crisis viral y llegar aún más lejos de lo que hemos llegado antes.

Ese es el nuevo espíritu al que alude el título de esta nota. Evidentemente tendrá que venir acompañado de medidas de reactivación a nivel gobierno y de la solidaridad de todos los que podamos ayudar. Propongo que el lema “¡A volar por el Perú!” sea nuestro leitmotif en la gran etapa que viene y la brújula en la nueva ruta que abriremos.

Estamos listos para alentar al Perú en la Gran Final del Mundial que vamos a jugar: señor presidente, ¡que nos abran las puertas del estadio!