Después de ver el patético melodrama protagonizado por el exministro de Cultura Francisco Petrozzi, pensé que lo mejor era pasar la página y hablar de algo que valga la pena, arrugué la página, la boté al tacho y comencé a escribir acompañada de mi gatito Pelé sobre una gran película que les recomiendo muy enfáticamente.

¡Martin Scorsese lo hizo otra vez! Con un guion estupendo en el que cuenta su propia historia sobre la desaparición de Jimmy Hoffa y el crimen organizado en los Estados Unidos a lo largo de varias décadas.

El Irlandés es una película de gánsteres pura y dura con cada muerte bellamente desarrollada y rematada. Describiendo la relación de un grupo de mafiosos en los que la lealtad es un valor fundamental, pero la falta de culpa también. Las contradicciones humanas se hacen complejísimas y esto requiere de grandes actores porque los buenos personajes no son ni malos ni buenos, son humanos, son dulces, frágiles y despiadados a lo largo de sus vidas.

Tres actores extraordinarios, Robert De Niro, interpretando al gánster que le da nombre a la película, nos dejó mudas con su portentosa actuación, seco, duro, casi no te deja respirar. Al Pacino interpreta a un Jimmy Hoffa carismático, elocuente, pero con una dosis de dramatismo químicamente perfecta, medida milimétricamente para lograr tu atención absoluta, sí perfecta, como la dosis de un veneno.

Finalmente, Joe Pesci, simplemente soberbio, en principio no aceptó el papel porque ya estaba retirado; sin embargo, la persistencia de Scorsese logró tenerlo en la cinta porque su aporte a la solidez de la narración de la historia es fundamental, qué actorazo.

¡Gracias, maestros! Para quienes amamos el cine, verlos es un bálsamo en medio de tanto melodrama barato.

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