El Congreso aprobó la nociva reincorporación de 14,000 profesores que no aprobaron la evaluación de la Carrera Pública Magisterial en 2014.
En el Perú, el único organismo que ha funcionado bien y cuyo presidente es reconocido a nivel mundial es el Banco Central de Reserva. Aquella entidad que generó una hiperinflación hace 30 años hoy es la que convirtió al Perú en uno de los países con la estabilidad monetaria más sólida a nivel regional. Pero aquello no se logró gracias a los políticos, sino a pesar de estos. Puesto que, a partir de 1993, el BCR es una entidad autónoma, es decir, los políticos no pueden meter sus porosas manos en la emisión de dinero. Y es el BCR y su presidente, Julio Velarde, los que están evitando que, a pesar de un muy mediocre gobierno y de un Congreso desastroso, la economía colapse. Entonces, el BCR tiene que servir de ejemplo para cualquier otra área que se busque mejorar, como la educación pública, la cual es un desastre debido a que es controlada por políticos y sindicatos como el Sutep, el cual publicó en Twitter que “la prueba que rindieron –los profesores– fue diseñada para desaprobarlos”. Entonces, tenemos políticos que administran la educación y sindicatos que justifican el fracaso de profesores en sus evaluaciones.
Por ello, la educación pública tiene que ser administrada por un organismo autónomo que no permita la intromisión de intereses políticos ni ideológicos, y cuya burocracia sea únicamente la necesaria. Así, este organismo autónomo tendría un directorio que establezca las metas a largo plazo para la educación pública y profesores muy bien remunerados, pero igualmente evaluados. Aquella puede ser la solución para que millones de peruanos tengan una educación de calidad, y que esta no dependa de políticos.