[Opinión] Richard Arce: Libertad para Julian Assange. (Foto de LEON NEAL / AFP)
[Opinión] Richard Arce: Libertad para Julian Assange. (Foto de LEON NEAL / AFP)

Todo indica que la justicia inglesa entregará a EE.UU. a Julian Assange. La última sentencia para su extradición fue expedida y ahora solo queda una última apelación, que a la luz de las acciones que se han dado desde que fue entregado en la embajada de Ecuador, como una felonía del expresidente Lenín Moreno, parece inexorable saber el destino del líder de WikiLeaks.

La implacable persecución que han hecho los gobiernos americanos de turno desde que se difundieron las informaciones confidenciales de las acciones vedadas, ilegales y de agresión de los EE.UU., que incluyen las incursiones militares y la intromisión de su poder en diferentes países del mundo, ha sellado la condena de Assange.

Lo sorprendente de esta historia es la hipocresía mundial, que calla frente a los grupos de poder, dejando que ajusten cuentas cuando algún valiente se atreve a denunciar las verdades incómodas.

Esto se evidencia más cuando organismos como la ONU, que deberían garantizar la independencia de las naciones, la libre determinación de los pueblos y la soberanía como símbolos de nuestras democracias, ahora guardan silencio cómplice.

Quieren matar al mensajero, cuando los pecadores involucrados fueron descubiertos ante la opinión pública mundial con la exposición de los documentos secretos que demuestran, por ejemplo, que la guerra en Irak fue una farsa y una imposición del poder hegemónico que ostentan.

¿Dónde queda la libertad de expresión? ¿No se supone que el mundo garantiza la libertad de información como cimiento de las democracias y que sanciona las acciones que la censuran? ¿No son los fundamentos del periodismo proteger a periodistas valientes que se enfrentan al poder? ¿No se rinde homenaje a los periodistas que han sido víctimas de estos poderes?

Por eso duele leer la carta de la madre, Christine Anne Assange, que nos interpela a todos: “El dolor de ver a mi hijo, que intentó publicar verdades importantes, que arriesgó su vida para denunciar la injusticia, inculpado y privado del derecho a un juicio justo, una y otra vez”.