Dos meses de polarización
Dos meses de polarización

@CamilaBozzo1

De cada 10 electores hábiles, solo dos votaron por Castillo y Fujimori juntos (al 90% de las actas contabilizadas). Ambos candidatos, que representan dos extremos, se enfrentarán para cautivar al resto de peruanos en una campaña que se insinúa descarnada y visceral, y en la que las reminiscencias a los tiempos del terrorismo o a los de la corrupción de los noventa estarán a la orden del día. Los próximos dos meses parecerán dos años y los ciudadanos estaremos en el vórtice de la borrasca.

La polarización en ciernes probablemente gire en torno a cuatro ejes. El principal es el de la defensa o cambio del modelo económico y la Constitución de 1993. Pero también asomará la polarización “ricos vs. pobres” o “entre el patrón y el peón, entre el amo y el esclavo”, en palabras del propio Castillo.

El otro eje de la polarización es el del respeto de los canales institucionales vs. el de la democracia plebiscitaria al estilo bolivariano (concepto que tomo prestado del politólogo Carlos Meléndez). Para Castillo, la verdadera legitimidad se sostiene en la voluntad del pueblo, independientemente de si está reñida con el Estado de derecho y las reglas de la democracia (del pueblo dependerá que el Tribunal Constitucional se desactive o que el Congreso se disuelva, dice el candidato). Paradójicamente, Fujimori se adueñará de la retórica de respeto de la institucionalidad y del uso de los canales democráticos y legales como mecanismos de cambio.

Habrá también un enfrentamiento en torno a las conexiones de Castillo con el Movadef (brazo político de Sendero Luminoso) y la lucha cerrada al terrorismo que encarna Fujimori. En lo único en lo que no habrá división es en la defensa de la agenda “provida”.

Se vienen meses de tensión y crispación que nos harán evocar la polarizada campaña de 2011, pero con un candidato incluso más radical que el Humala pre hoja de ruta y con una candidata que genera legítimas dudas sobre un sector de la población.

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