Cannabis medicinal

La investigación científica nos permite abrir nuevas puertas para poder ofrecerles a nuestros pacientes esperanza y alternativas terapéuticas más allá de lo convencional. Es así que, en mi especialidad, tan efectivo resulta el uso de agentes físicos como el calor, frío, ultrasonido, hidroterapia, magnetoterapia, láser de baja intensidad, kinesioterapia, entre otros, para mejorar la calidad de vida de los pacientes como, además, el recetar cannabis medicinal, cuyo uso, después de un largo debate en el Congreso, se aprobó para investigación y tratamiento de distintas patologías. Nosotros, los médicos, vemos como una buena opción el uso de este tipo de medicina para aquellos pacientes que realmente lo requieran y que tengan un diagnóstico claro y que ya se haya comprobado que la marihuana vía oral en forma de aceite es efectiva para enfermedades como el Mal de Parkinson, la epilepsia en niños, el dolor neuropático crónico en adultos, insomnio, estado del ánimo y apetito en pacientes oncológicos terminales, entre otros.

Por otro lado, la sociedad teme al lado recreativo de esta planta, la cual produce efectos psicodélicos y, con el consumo continuo, lleva a efectos secundarios del orden psíquico como paranoia, psicosis y síndromes delusionales.

Que el cannabis sea de uso terapéutico y no recreativo depende del tipo de cannabinoide que posea la planta, siendo el THC el que produce efectos psicodélicos, mientras que el CBD efectos medicinales, ambos los principales cannabinoides de la marihuana.

Es así que me parece inteligente que sea el Estado peruano quien controle y supervise el cultivo y producción del aceite terapéutico; así mismo, quien empadrone a todos los pacientes bajo la enfermedad o problema que posean.
Como país, no estamos ni estaremos preparados para generar una cultura del autocultivo ni automedicación con esta planta que finalmente es un medicamento que se debe dosificar y estandarizar. Recibo sus comentarios a doctor@drjeanpaulosores.com.