Foto: EFE/Mike Lawrence/Departamento de Estado de EE.UU.
Foto: EFE/Mike Lawrence/Departamento de Estado de EE.UU.

El viaje a la reunión de fue muy importante: no solo recibe el Perú la presidencia, sino que APEC ha sido un foro fundamental para las estrategias de integración económica y comercial del Perú. A diferencia de intervenciones anteriores, esta vez la presidenta participó en la clausura con un discurso bien redactado que destacaba la importancia del trabajo conjunto de los sectores público y privado.

De su interés en los viajes podemos deducir que tenemos una presidenta que cree que es un buen producto de exportación, cuando realmente no lo es. Ni siquiera la ayuda el hecho de haber cambiado su discurso respecto a las épocas en que viajaba como vicepresidente.

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Si se trata de atraer inversiones, además de encontrarse la región en un entorno especialmente difícil, uno de los problemas es que el gobierno de la Sra. Boluarte no tiene argumentos para poder atraer dichas inversiones, nada que lo diferencie positivamente del resto de países de la región; por el contrario, su gobierno ha sido incapaz de sacar adelante proyectos mineros y de agricultura que estaban totalmente disponibles y que solo necesitaban de un respaldo para iniciarse. ¿Puede realmente la presidenta dar un mensaje claro a favor de la inversión privada, esta vez extranjera? Recordemos que, cuando viajó siendo todavía vicepresidenta, su discurso fue abiertamente antiminero. Y hay más de 53 mil millones de dólares en proyectos mineros pendientes respecto a los cuales no se está haciendo nada. Tampoco ayuda la obsesión que tienen los discursos presidenciales con el tema de las mypes. Por más romántico que suene, un país difícilmente saldrá adelante con inversiones minúsculas y negocios informales. La informalidad es competencia desleal y la mype está directamente asociada a esta.

Otro argumento esgrimido para sustentar los viajes es promover la imagen del Perú. Pero la presidenta muestra una imagen maquillada, alejada de la realidad, al menos de la realidad que la gran mayoría de peruanos vive. Solo para tomar dos ejemplos: ella declaró que el Perú es un país en el que se vive con paz y tranquilidad, y en el cual el 99% de la población tiene seguro de salud. La pregunta es si este es solo un discurso para quedar bien ante el público extranjero o si la presidenta de veras cree que es así. Lo primero es muy malo; lo último sería terrible porque implicaría tener como jefe de Estado a alguien que desconoce la realidad del país y de las necesidades que debe atender. ¿Cómo puede ocuparse y tomar medidas para sacarlo adelante? Si no es consciente de que la gente muere todos los días por falta de atención de salud, si no es consciente de que más de dos millones de peruanos redujeron su consumo de alimentos (IPE), ¿cómo puede promover e implementar soluciones?

Los viajes presidenciales son importantes, sí, pero ocuparse de los problemas internos lo es aún más. Necesitamos una presidenta capaz de liderar en el “mercado interno”, no en el exterior. Esperemos que la Sra. Boluarte se concentre en lo que tiene que hacer en el Perú y liderar la solución a sus problemas. Hasta ahora, nada.


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