Dilema nacionalista

En su columna “La Bola (rota) de Cristal”, publicada el domingo en este diario, el economista Roberto Abusada señala un hecho innegable: el gobierno tiene, a fin de cuentas, dos caminos en el futuro; vías que son, como bien resalta, excluyentes. El primero es apostar por el modelo de crecimiento actual, basado en el sector privado y hacer las reformas de largo plazo (educación, por ejemplo). El segundo es volcar sus fuerzas al plan reeleccionista.
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Juan José Garrido,La opinión del directordirector@peru21.com

Si aprovechamos dicha dicotomía, crecer para redistribuir democráticamente o redistribuir y gastar popularmente para continuar, bastaría con analizar los hechos recientes para intuir hacia cuál de dichas sendas nos lleva este gobierno. Veamos.

En primer lugar, queda claro que el crecimiento ha sido puesto de lado por la redistribución: el aumento en 24% del gasto social entre el 2012 y el 2013 frente a la reducción consistente en nuestras tasas de crecimiento sustentan fehacientemente esta realidad. Quienes digan que para crecer mañana debemos incluir primero, pues ponen al burro encima de la carreta (ni siquiera adelante). Créanme, no es una buena idea: pierdes crecimiento, pierdes capacidad de financiar la redistribución y terminas financiado con déficits fiscales. Piensen en Europa.

En segundo lugar, podemos también anotar la inmensa cantidad de trabas a la inversión dirigidas a fortalecer el Estado: ley de pesca, de universidades, Petroperú y Talara, entre otras. ¿Ley de Medios? Calzaría muy bien en este escenario.

Finalmente están las coaliciones políticas: el retorno a la Gran Transformación, así no le guste a algunos coleguitas, ha puesto a salivar a la izquierda carnívora local. De la nada, el "traidor" es, de nuevo, Ollanta. Claro, "de la nada" es un decir. El nacionalismo ha puesto la mira en ese sólido 31% del 2011 (30% en el 2006), el cual le asegura la segunda vuelta en el 2016.

Por eso, quienes apoyan al presidente en este embate contra la prensa independiente harían bien en repensar sus cálculos. El riesgo, claramente, no está del lado de los medios, sino del poder político.

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