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¿Diálogo que ahonda más la crisis?

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En un inexplicable comportamiento, el gobierno no dio su brazo a torcer y, en lugar de dar un paso atrás para dar dos adelante, se enfrentó a la oposición (la de los partidos y la de la calle) y convocó al Pleno del Congreso para que sea este el que se pronuncie sobre la ley del régimen laboral juvenil. El resultado fue una catastrófica derrota del Ejecutivo de 95 a 17.

Hoy, nuevamente busca enfrentar a la oposición llamando a un diálogo para tratar de superar la crisis política sin tener que dar su brazo a torcer o dando algún paso atrás. Nuevamente una decisión impulsiva, improvisada. Lo lamentable del tema es que el resultado puede llegar a ser el mismo que en el caso anterior. Es decir, una nueva derrota, aunque sin los abultados guarismos de la última.

La reunión que se realizará hoy en Palacio tendrá notorias e importantes ausencias. Alejandro Toledo prefirió ir a una reunión en Puno; Alan García rechazó la invitación; y el Apra como partido, Fuerza Popular (fujimorismo con Keiko a la cabeza), Restauración Nacional de Humberto Lay y el Movimiento Cívico Peruano de Oscar Valdés anunciaron que no aceptaban la invitación.

Es decir, el presidente se reunirá con quienes representan aproximadamente solo el 50% del electorado nacional, y el 30% o 40% de la representación parlamentaria.

¿Con esos números podrá realizar un diálogo representativo?, ¿podrá decir que se reunió con quienes representan al país?, ¿podrá lograr su objetivo de superar la crisis política?, ¿se tomará la foto con quienes se la debe tomar en realidad? Con la asistencia de su esposa como presidenta del nacionalismo, ¿podrá lograr que se piense y se hable de los temas importantes y no de las propiedades o las relaciones sociales de su suegra?

Esta reunión podría ser contraproducente. Podría significar una nueva derrota del gobierno, y podría poner en una posición mucho más difícil a la primera ministra.