Desafíos en el Perú: Buscando superar las brechas en la educación

Con motivo del Día del Maestro, es oportuno reflexionar sobre las disparidades que existen entre la educación pública y privada en Perú, según revelan los resultados de las pruebas PISA de 2022. En dicha evaluación, Perú se posicionó en el lugar 64 de 77 países en lectura, matemáticas y ciencias, destacando las diferencias en rendimiento entre estudiantes de instituciones privadas y públicas, donde los primeros tienden a obtener mejores calificaciones debido a las condiciones superiores de enseñanza y aprendizaje.

La educación pública enfrenta una serie de desafíos que amplían esta brecha. Dos puntos cruciales son la calidad de la enseñanza y las condiciones de infraestructura educativa.

En cuanto a la calidad, hay un gran trecho por recorrer en la formación de nuestros maestros, lo cual impacta negativamente en el aprendizaje de los estudiantes. A pesar de estas dificultades, es fundamental y justo reconocer y celebrar el arduo trabajo de los buenos profesores que, día a día, hacen su mayor esfuerzo para sacar adelante la educación del país, a menudo sin las condiciones adecuadas que merecen ellos y sus alumnos.

En contraste, las escuelas privadas suelen contar con maestros mejor preparados y continuamente capacitados, asegurando una educación de mayor calidad.

La infraestructura de las escuelas públicas también es alarmante. Según el Censo Escolar de Infraestructura 2019, el 47% de las escuelas públicas requiere intervención urgente debido a problemas como techos deteriorados y falta de servicios básicos, mientras que las escuelas privadas cuentan con instalaciones modernas y un entorno propicio para el aprendizaje. Esta disparidad refleja la inequidad en el sistema educativo peruano.

Estas diferencias en educación se reflejan también en los métodos pedagógicos. Mientras las escuelas públicas a menudo se centran en métodos tradicionales de memorización y tareas repetitivas, las privadas adoptan enfoques modernos como el aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje colaborativo, fomentando habilidades críticas y sociales entre los estudiantes. Además, el uso de tecnología digital en las escuelas privadas prepara a los estudiantes para un mundo digitalizado.

Cerrar la brecha educativa requiere una reforma integral que mejore la calidad de la enseñanza y la infraestructura, adaptando métodos de enseñanza para formar estudiantes competentes y éticos en la era digital.

Es crucial valorar el papel esencial del maestro peruano en este proceso educativo, asegurando que todas las reformas se centren en apoyar y capacitar a nuestros educadores.

En resumen, la reforma educativa en Perú debe abordar las disparidades entre la educación pública y privada, promoviendo un sistema equitativo que garantice oportunidades educativas de calidad para todos los estudiantes, independientemente del tipo de institución a la que asistan.