(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

A un mes exacto del día para elegir el nuevo presidente del Perú, los ciudadanos deben revisar a fondo las opciones por las que se inclinan, pero sobre todo necesitan informarse y analizar a fondo lo que dicen o plantean sus candidatos. Más aun si consideramos la nebulosa de fake news que perniciosamente está envolviendo la contienda.

En esta recta final se irán decantando los favoritos y las campañas más eficaces; por lo tanto, conviene tener en cuenta que, así como las promesas se desbocarán, las posturas políticas respecto a temas esenciales, y otros no tanto, irán radicalizándose en distintas direcciones.

Sin embargo, no se deben olvidar los riesgos de dejarse encandilar por los cantos de sirena que ofrecen el oro y el moro en los discursos populistas de izquierda, que podrían llevar al país a una situación más precaria de la que nos encontramos, debido a la debacle económica en que nos dejó la pandemia, si renunciamos al enorme potencial de nuestros recursos naturales.

Es fácil ofrecer a la gente lo que la gente pide, con tal de jalar agua para el molino propio, pero esas carnadas electorales –de hacerse con la victoria– terminarán estrellando contra la realidad no solo a los votantes que se las traguen, sino al país entero.

Por otro lado, es recomendable, asimismo, ponerse en alerta con los discursos ultraconservadores, mercantilistas, de odio y de exclusión, que amenazan profundizar las divisiones sociales hasta convertirlas en auténticas bombas de tiempo, que ya en otras épocas el país tuvo que desactivar, no sin tremendos costos humanos y económicos.

Devolvernos, por ejemplo, al medioevo clerical en materia de educación, aislándonos de las transformaciones culturales que el acelerado desarrollo científico y tecnológico ha traído al mundo contemporáneo, solo retrasará el paso del Perú hacia esa nación democrática, moderna e integrada que continúa siendo la verdadera promesa pendiente de nuestra república.

Todo indica que nos encaminamos a un crispado escenario de definiciones que polarizará a la ciudadanía. Mayor razón entonces para pensar el voto con tiempo y sensatez.

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