Contador de cuentos
Contador de cuentos

A menudo, los congresistas de Fuerza Popular han descrito a su bancada como una “oposición responsable”. Se supone que, como Pedro Pablo Kuczynski ganó elecciones presidenciales, el rol del fujimorismo es principalmente el de fiscalizar, evaluar las propuestas que vengan del Ejecutivo y oponerse a lo que consideren incorrecto.

El problema con todo este rollo de la “oposición” es que Fuerza Popular tiene el control del Congreso de la República (incluso luego de perder la mayoría absoluta) Y, en tanto que tal, tiene en sus manos el poder para aprobar cambios trascendentales y transformar el país.

Si durante las elecciones Peruanos Por el Kambio hubiese obtenido la mayoría en el Congreso, entonces podríamos decir que el fujimorismo fue elegido como una bancada de oposición. Sin embargo, el resultado de las urnas fue distinto: los votantes otorgaron a Fuerza Popular la mayoría parlamentaria. Para ser exactos, al fujimorismo se le otorgó 73 escaños de 130, algo que no se había visto desde el 95.

Entonces, si estos años de gobierno están resultando un fiasco, no estamos únicamente ante un fracaso de Pedro Pablo Kuczynski o Martin Vizcarra. También estamos ante el fracaso del grupo político al que el país le dio la oportunidad de hacer reformas importantes y no las hizo. Porque, seamos sinceros, con 73 congresistas Fuerza Popular no necesitaba tener el control del Ejecutivo para aprobar buenas políticas y generar un cambio. Todo lo contrario, si Fuerza Popular hubiese querido aprobar reformas importantes para el país, lo habría podido hacer desde el Congreso.

En vez de simplemente lamentar las condiciones de informalidad y precariedad en las que laboran miles de peruanos, el fujimorismo podría haber aprobado la reforma laboral que tanto exigen los economistas. Que no lo hayan hecho por desidia o incapacidad no tienen nada que ver con quién fue electo como presidente.

Lastimosamente, por este cuento del Congreso opositor se ha perdido de vista la real dimensión de la responsabilidad que tiene la mayoría parlamentaria en estos cinco años de gobierno. Pedro Pablo Kuczynski pudo ser elegido como presidente, pero los ciudadanos decidieron entregarle el poder de legislar al fujimorismo. El fujimorismo, en ese sentido, comparte responsabilidad con el Ejecutivo en el éxito o fracaso de este quinquenio. Si al terminar el gobierno de Martín Vizcarra no se han hecho grandes avances en materia política, Fuerza Popular no puede lavarse las manos. Más bien, habrán confirmado que no son un grupo político adecuado para dirigir el país.