(Foto: AFP)
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Este 2020 está siendo un año espantoso y los problemas están lejos de terminar. En este momento, la atención de la prensa local se centra exclusivamente en el desarrollo de la pandemia, ignorando el siguiente golpe que enfrentará el Perú: la depresión económica de los Estados Unidos. Sin duda, es importante entender qué sucederá con nuestro segundo socio comercial.

Haber cerrado a cal y canto las empresas generó efectos sin precedentes en la economía norteamericana. Por ejemplo, en las dos primeras semanas de marzo, las bolsas de ese país sufrieron el desplome más rápido de su historia, registrando caídas de más del 30%. Ante ello, varias instituciones de prestigio presentaron sus estimaciones, pero ninguna es alentadora.

Por un lado, se estima que en el segundo trimestre de este año la economía norteamericana se contraerá entre 24% y 30% (Morgan Stanley), algo nunca antes visto. Esto aumentará el desempleo a cerca del 30% (St. Louis FED), lo cual sucederá más pronto que tarde, ya que se destruyen puestos de trabajo a una velocidad vertiginosa (3.3 millones en una semana).

Por otro lado, si bien la reacción de la Casa Blanca no se hizo esperar, al impulsar el rescate más importante de todos los tiempos, es importante considerar que este se sustentará en deuda pública, lo que generará que los déficits fiscales agregados de 2020 y 2021 equivalgan al PBI de Japón, la tercera economía del planeta (Morgan Stanley).

El futuro que nos espera es sombrío: una batalla sin descanso contra el COVID-19, desempleo, niveles inconmensurables de endeudamiento y una recuperación que demorará por el distanciamiento social.