Heroísmo policial en tiempos de COVID-19

“Es una obligación moral de las autoridades del sector Interior que actúen con la cabeza fría en defensa de los héroes que todos los días ponen el pecho”.
(Foto: GEC)

Cuatro efectivos de la Policía Nacional han fallecido en la última semana cumpliendo la sagrada misión de proteger a la sociedad frente al COVID-19. Como todos los héroes, antepusieron el interés de las mayorías sobre los intereses personales e incluso familiares y ofrendaron lo más valioso de un ser humano: la vida.

En las últimas tres semanas se disparó la demanda de efectivos policiales que requerían descarte de contagio del COVID-19; como es obvio, esto puso en evidencia, nuevamente, lo que para nadie es un misterio, que el sistema de salud en la PNP tiene antiguos problemas de infraestructura y desabastecimiento, que, si bien es cierto se está tratando de revertir, no significa que haya desaparecido.

La PNP ha lidiado hasta hoy con 52 mil ciudadanos renuentes a cumplir la ley y que, de seguro, contribuyeron con el contagio de algunos efectivos. En ese trance, ciudadanos LGTB infractores recibieron un trato inadecuado de efectivos policiales que reprobamos; sin embargo, rechazamos que grupos defensores de los derechos LGTB se aprovechen para promover un linchamiento político de la Policía, en vez de buscar la sanción proporcional que está considerada en sus procedimientos y reglamento institucionales.

La historia reciente del país demuestra que juntos, ciudadanos y policías, hemos enfrentado las principales amenazas, como son el terrorismo y el narcotráfico, y que hoy nos ha tocado encarar una guerra no convencional contra un enemigo invisible que no respeta condición social económica o política alguna y, pese a ello, estaremos ahí, con los ciudadanos, siempre.

Por eso indigna hasta la rabia que, al interior de la institución policial, persista el otro virus, el de la corrupción, como la denuncia de los medios de comunicación sobre compras sobrevaloradas de insumos para la PNP, que, pese a que no se ejecutaron ni generaron perjuicios al erario nacional, requieren de una exhaustiva investigación y castigo para los involucrados.

Es una obligación moral de las autoridades del sector Interior que actúen con la cabeza fría en defensa de los héroes que todos los días ponen el pecho en las calles y con el puño de hierro para arrancar de raíz de la institución policial a los espíritus miserables y sus actos de corrupción. Háganlo por la memoria de los caídos en combate contra el COVID-19. Se lo debemos.

¡Sí se puede!

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