Con dinero ajeno, ¡qué lisura!

Es la frase que aplica al proyecto de Ley de la Comisión de Reforma de Pensiones del Congreso que aprobó que tu fondo de pensión (tu dinero) pase a ser controlado por el Estado y a ser de propiedad de otros. Así, con el dinero ajeno todos somos pródigos y eso la Constitución no tolera, o si prefieres, le pone cinturón de castidad a que se regalen tus fondos.

¿Cómo funcionaría este asalto a las pensiones?

Tu dinero ahorrado se trasladaría al Estado. Tus futuros aportes mensuales serían recaudados por la Sunat y gestionados por el Estado. Una parte de tu aporte iría a un fondo de riesgo individual y otra, a un fondo de riesgo compartido para financiar las pensiones de otros. El Estado, caracterizado por su inmensa inoperancia, sería quien defina cómo se invertirá tu dinero, ahorrado por ti, en dichos fondos. La elección de quién administrará tu fondo pasaría al Estado y este, a ser el responsable del pago de tu futura pensión. Qué descaro, qué tal cuajo, qué sinvergüencería: si el Estado no sabe gastar su presupuesto, ¿cómo se atreve a querer administrar fondos de terceros, teniendo de nota cero en autoridad moral?

Y no es todo. Como la modestia es una virtud extinguida en el Poder Legislativo y como en él solo campea el atrevimiento y la ignorancia, la Comisión aprobó presentar su proyecto directamente al Pleno del Congreso, haciéndoles by-pass a las comisiones de Economía y Constitución que, en un país civilizado, lo enviarían a los quintos infiernos con siete candados.

Con ley similar, en el Perú ya se invirtió tu dinero en programas estatales de vivienda y quebró, acumulando 80 veces más deudas que ingresos. Ahora la corporación política quiere volver a hacer feria con tu dinero. ¿Te vas a dejar?