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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Las expectativas de una reducción de la deuda global luego de la crisis financiera no se han materializado. Solo las personas en los países más golpeados por la crisis han mostrado una reducción en su endeudamiento. Y pese a ello, este se mantiene alto aún. Adicionalmente, la deuda al sector privado (en relación a su PBI) en los países emergentes se encuentra hoy por encima de su tendencia de largo plazo.

En paralelo, la evolución del crecimiento poscrisis de los países que se vieron forzados a desapalancarse es distinta a la observada en recesiones anteriores. Y es que el nivel mostrado por el PBI de estos países no retornó a los niveles precrisis. Las perspectivas de crecimiento para los países desarrollados, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), están por debajo de las estimadas en los niveles precrisis, mientras que el cambio en las perspectivas es menor para las economías emergentes cuyo nivel de deuda con relación al producto es menor.

Así, la crisis financiera del 2007 podría haber significado una reducción permanente en la tendencia del crecimiento potencial en los países desarrollados, y si bien los gobiernos hacen el máximo esfuerzo para estimular el crecimiento y la inflación, será extremadamente difícil conseguir una reducción significativa de la deuda hasta niveles sostenibles. Por ello, en este contexto de bajo crecimiento y alto endeudamiento global, se espera que la represión financiera (bajas tasas de interés y presión a las entidades financieras para asumir el mayor rendimiento posible tomando mayor riesgo, en un contexto de alto riesgo y bajos retornos) continúe por un tiempo más.

Un mundo sujeto a represión financiera no es cómodo para los inversionistas, debido a que genera distorsiones en los precios de los activos financieros. Así, con las tasas de interés reales extremadamente bajas (incluso negativas), la montaña de deuda global es vulnerable, aun a pequeños incrementos en las tasas de interés.