La inversión de 13 millones de soles en este proyecto es, cuando menos, cuestionable, advierfte la columnista. (Foto: GEC-Ksenia Ragozina / Shutterstock)
La inversión de 13 millones de soles en este proyecto es, cuando menos, cuestionable, advierfte la columnista. (Foto: GEC-Ksenia Ragozina / Shutterstock)

La reciente propuesta del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, para invertir 13 millones de soles en carruajes tirados por caballos en el Centro Histórico de Lima ha generado una fuerte polémica. A primera vista, la iniciativa podría parecer una apuesta pintoresca por revitalizar el turismo en la capital, inspirada en ciudades como Sevilla y Nueva York, donde estos paseos son populares. Sin embargo, al analizar más profundamente, se revela una medida anacrónica y problemática.

Primero, el uso de caballos para transporte turístico en pleno siglo XXI no solo es una reminiscencia de tiempos pasados, sino que también plantea serias preocupaciones sobre el bienestar animal. Los carruajes a caballo son ampliamente criticados por organizaciones defensoras de los derechos de los animales debido a las condiciones estresantes a las que son sometidos los caballos. Estos animales, de no ser cuidados adecuadamente, pueden enfrentar riesgos significativos de agotamiento, lesiones y enfermedades.

Además, la inversión de 13 millones de soles en este proyecto es, cuando menos, cuestionable. Lima enfrenta múltiples desafíos urbanos y sociales que requieren atención urgente y recursos financieros. Problemas como la inseguridad, la falta de infraestructura adecuada y la crisis de transporte público afectan diariamente la calidad de vida de los limeños. Asimismo, la implementación de este proyecto no considera los costos a largo plazo.

El mantenimiento de los carruajes y el cuidado de los caballos demandará una inversión continua, aumentando el gasto público sin garantizar un retorno significativo. Además, es probable que los carruajes se enfrenten a problemas operativos debido al tráfico y las condiciones viales de Lima, que no están preparadas para este tipo de transporte.

El alcalde defiende el proyecto argumentando que impulsará el turismo y generará ingresos. No obstante, el turismo en Lima necesita ser fomentado con estrategias modernas y sostenibles que no solo atraigan visitantes, sino que también respeten el entorno y las necesidades de la comunidad local. En lugar de carruajes a caballo, la municipalidad podría invertir en mejorar la infraestructura turística existente, desarrollar circuitos históricos y culturales a pie o en bicicleta, iniciativas que son más sostenibles.

Destinar una suma tan considerable a una iniciativa que beneficia principalmente a turistas, y no a los residentes de la ciudad, parece una mala priorización de los fondos públicos. Con esto, no quiero decir que no se invierta en promover el turismo, sino que para que los turistas disfruten más de nuestra ciudad quizá debamos empezar por ofrecerles vías fluidas y seguras, sin trancones ni riesgos de robos ni de sufrir siniestros viales.