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Carolina Trivelli: Evaluar para incluir
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Economista
Desde hace varios años discutimos la importancia de evaluar lo que hacemos para generar evidencia de si vamos bien o si lo que hacemos tiene impacto. Las evaluaciones sirven para identificar dónde hay que mejorar y si hay efectos no contemplados, buenos o malos, en una intervención. Evaluar nos ayuda a usar mejor nuestros recursos, sean estos públicos o privados, y nos permite cumplir con las metas que nos trazamos. Las evaluaciones nos ayudan, y suelen ayudarnos más si son hechas por terceros, por expertos independientes.
El Midis fue el primer sector que contó, en el más alto nivel, con un sistema de evaluaciones con recursos financieros y humanos asegurados. Además convocó a la academia y al sector privado para unirse a esta iniciativa. Esto no lo inventó el Midis, se lo apropió recogiendo las mejores prácticas de gestión. Hoy los programas e intervenciones sociales se evalúan, con las complejidades y los tiempos que esto exige. Hoy en el Perú muchas otras instituciones del sector público (Minedu, MEF, Vivienda, Minsa, etc.) y del sector privado hacen lo propio para aprender, para mejorar o para dejar de hacer cosas que suenan bien pero que no siempre funcionan.
En días pasados recibimos los resultados de una evaluación hecha por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre Beca18. La evaluación muestra el impacto positivo de este programa en la vida y oportunidades de miles de talentosos jóvenes que sin este programa se hubieran quedado sin profesión, sin posibilidad de superarse ni de ayudar a sus familias a salir adelante, por el sólo hecho de vivir en condiciones de pobreza. La evaluación muestra que Beca18 escoge bien a los becarios, a quienes en promedio les va mejor que al resto de sus compañeros de aula. Muestra que los becarios avanzan en sus estudios y terminarán a tiempo. La evaluación también recomienda áreas de mejora que ayudarán a que el programa siga aportando a la inlcusión y al crecimiento.
En tiempos en los que desconfiamos de todo, cuando la política se usa para agendas personales y nos ayuda a definir derroteros claros, cuando vienen tiempos de cambios y turbulencias, tener evidencia producida por evaluaciones independientes nos da insumos para seguir. Con evidencia podemos identificar los programas e intervenciones que tenemos obligación de cuidar, potenciar y blindar; y podemos exigir que se haga más y que se alcancen mejores resultados, pero también que se corrija lo que se hace más o menos y se deje de hacer lo que no da resultado. Ganamos todos.
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