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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Probablemente la mayor oportunidad para lograr procesos masivos de inclusión financiera viene dada por lograr usar los teléfonos móviles como puntos de acceso a servicios financieros.

Para la población que ya trabaja con el sistema financiero, se trata de usar sus cuentas a través del celular. Hacer transacciones en menos tiempo, desde cualquier lugar y a cualquier hora trae un claro beneficio.

Para el 71% de adultos peruanos que no tiene una cuenta en el sistema financiero pero que sí tiene un teléfono móvil, ofrecer servicios transaccionales a través del celular puede convertirse en una herramienta útil para sus actividades cotidianas y para que sus negocios mejoren.

Países que llevan años ofreciendo estos servicios, como Kenia, Filipinas, Bangladesh y Tanzania, dan cuenta de su enorme potencial. En estos países, además de hacer giros, pagos y compras a través del celular, ya se puede incluso pedir y recibir créditos sin siquiera acercarse a una entidad financiera.

En América Latina, y en el Perú, estamos recién comenzando. En el 2014, el Perú reportó al Findex que prácticamente nadie contaba con una cuenta móvil, mientras que, en la región, un modesto 1.7% tenía una cuenta móvil y un 1.6% adicional usaba sus cuentas bancarias desde su teléfono.

En África Subsahariana, más del 11% de adultos tiene una cuenta móvil y usa el llamado dinero electrónico. En Kenia, el 58% de los adultos usa estos servicios.

Los ejemplos están ahí. Añadirles servicios transaccionales a nuestros celulares es hacia donde hay que avanzar. Que todos podamos hacer transacciones desde el celular (incluso si tenemos un celular viejito y sin saldo), que sea barato, seguro y fácil de usar, es el primer paso. Sobre esto se vienen novedades.

Sin embargo, el desafío mayor vendrá luego. Se trata de que estos nuevos servicios desencadenen procesos masivos de inclusión financiera.

(trivelli@iep.org.pe)