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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Las grandes empresas brasileñas involucradas en la red de corrupción en torno a concesiones fraudulentas de Petrobras también han conseguido importantes contratos en el Perú. ¡La extensa carretera Interoceánica del Sur se concedió sin estudio de impacto ambiental y sin pasar por el Sistema Nacional de Inversión (SNIP)!

Con un préstamo de la Cooperación Andina de Fomento se iniciaron las obras en marzo del 2006. El tramo II lo lideró Odebrecht en un consorcio con las peruanas Graña y Montero y J.J. Camet; el presupuesto inicial era de US$213 millones y terminó costando US$653 millones. El tramo III, a cargo de Odebrecht, al final costó US$602 millones, cuando el presupuesto inicial era de US$294 mllns. El tramo IV lo construyó un consorcio brasileño de las empresas Andrade, Camargo Correa y Queiroz Galvao (conocida por el proceso 'Lava Jato'); el presupuesto inicial era US$198 mllns. y costó finalmente US$ 667 mllns.

La justificación de estas grandes diferencias entre el presupuesto inicial y el gasto final es que por 'la premura' se concedieron las obras solo con un estudio de factibilidad y no con un estudio definitivo de ingeniería. Y, por eso, conforme avanzaban las obras, se establecían las adendas necesarias para regularizar el presupuesto adicional solicitado por las empresas. Es decir, en 22 adendas se discutía un nuevo presupuesto entre las empresas brasileñas y los funcionarios del organismo regulador, con conocimiento y participación de los mandamases del sector, ministros incluidos, y el visto bueno de los de arriba.

Si estas firmas brasileñas han sido denunciadas, junto con altos funcionarios de la estatal Petrobras, por haberse coludido para recibir coimas unos (que se distribuían entre secuaces y políticos) y los contratos inflados los otros; en el Perú ¿no habrá sucedido algo parecido? Ojo, que Dilma Russef, ahora con solo 7.7% de aprobación, apenas resiste la protesta contra la corrupción de millones de enardecidas personas, muchas de su partido. En cambio, en nuestro país ¡No pasa nada!