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Buenos propósitos
Si las instituciones estatales (comenzando por el gobierno central), hicieran su lista de buenos propósitos con motivo de un nuevo año, quizá podrían señalar con claridad su relación de prioridades y establecer sus metas de corto plazo.
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Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com
Por nuestra parte, los ciudadanos podríamos sugerir algunos rubros para esas listas y participar de manera más comprometida en esta especie de planificación anual. Los objetivos así delineados no tendrían que ser modestos –como recomiendan los psicólogos en el caso de los individuos–, pero sí concretos y realizables. Quizá debiéramos comenzar por algunos proyectos eternamente postergados y de enorme impacto, por ejemplo, plantearnos en serio el tema del abastecimiento de agua potable y el tratamiento de aguas residuales para Lima y las principales ciudades del país. Seguimos estando a la saga de la región en tratamiento de aguas residuales y tenemos muy próximo el camino exitoso logrado en Chile con Aguas Andinas. Ahora que el comportamiento de peruanos y chilenos en los días previos a la emisión del fallo de la Corte de La Haya es, en palabras del exvicecanciller Luis Solari, "mucho más maduro de lo que hayamos podido prever", podríamos relanzar la relación bilateral compartiendo experiencias y metodologías. De hecho, Chile ha logrado el tratamiento del 100% de las aguas residuales de Santiago y de las principales ciudades del país con proyectos como "El Trebal", "La Farfana" y "Mapocho Urbano Limpio" con inversiones relativamente altas (dos mil millones de dólares) pero con retornos inmediatos tanto en dólares constantes y sonantes como en vidas humanas. Solo lo que se ahorró el gobierno chileno en la primera década del siglo en salubridad pública fue más del doble de lo invertido en saneamiento según cifras de la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
¿Seremos capaces de seguir los buenos ejemplos? Con mis mejores deseos de un feliz año 2013.
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