Llega a mis manos un mapa económico fascinante (Investigadores Brasil). Consiste en dos mapas de Sudamérica de 1960 y 2022, donde se contrasta la proporción del PBI que tenía cada país del subcontinente respectivamente en esos años. Lo que más llama la atención es el descomunal hundimiento de Venezuela, seguido por Argentina.
En 1960, Venezuela equivalía al 12% de toda la riqueza producida en Sudamérica. Hoy apenas anda por el 1.3%. Es decir, un proceso de empobrecimiento sideral en un país que tiene la primera o segunda mayor reserva petrolera mundial, además de estar bendecido con un suelo agrícola rico, salida atlántica, metales, buen clima, playas, etc.… Solamente un imbécil o un comechado puede defender al chavismo venezolano.
Algo similar pasa con Argentina y el peronismo: Argentina era el país más rico del área en 1960, con casi el 38% de la riqueza sudamericana. Hoy apenas supera el 15%. Y ojo que la torta en términos per cápita se repartía aún mejor, porque las poblaciones venezolanas y argentinas en 1960 eran mucho más pequeñas que ahora. Ni me quiero imaginar lo que habrá sucedido con Cuba prerrevolucionaria y la castrista, pero es imposible saber con certeza cuál es el PBI de un cerrado país comunista y sin mercado o precios.El gran ganador de este mapa es Brasil, que de representar el 26% del PBI sudamericano pasó a ser ahora el 50%.
Incluso cabe anotar que el PBI brasileño es superior al segundo latinoamericano, que es el mexicano. Brasil hace hasta aviones (Embraer) y quien ha ido por su sur (de Sao Paulo hasta la frontera con Uruguay) se ha encontrado con un país muy distinto a la imagen común de lugar tropical y juerguero. El sur brasileño es frío, europeizado, industrioso, serio y muy rico.
A pesar de Belaunde, los dos belaundismos y García 1, Perú pasó del 4% al 6.6%, aunque debería estar al casi 10% que Colombia, país igual a nosotros en 1960. Chile no subió tanto (6% a casi 9%), Ecuador no se movió (3.2%). Y Bolivia apenas existe (0.6% a 1.1%).