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Redacción PERÚ21

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Carlos Basombrío,Opina.21cbasombrio@peru21.com

En el caso del No hasta ahora solo se disparan al pie y aún no se ve con qué ideas y estrategias voltearían un partido que les viene bien complicado.

Desde mi punto de vista, la entrada del Partido Aprista a la campaña del Sí se convierte –si la saben aprovechar– en una oportunidad para el No. Es verdad que los apristas aportan recursos, cuadros experimentados y, muy importante, personeros con oficio.

Pero, a la vez, asocian la revocatoria con un partido que no tiene arraigo en Lima (más bien lo contrario), hecho que bien trabajado por los contrincantes podría terminar en un boomerang para los revocadores.

Me explico. Hasta ahora el campo de Susana Villarán se ha empeñado en demostrar que detrás de la revocatoria está el exalcalde Luis Castañeda. No me queda duda de que es cierto, pero si él lo oculta para qué resaltarlo. Después de todo Castañeda salió con más de 80% de popularidad y en las encuestas que preguntan por quién votaría si hubiese elecciones para alcalde, gana de lejos. Así, el esfuerzo del No por asociar la revocatoria con Castañeda es por decir lo menos contraproducente.

En cambio el Apra es otra cosa. Lima dista mucho de ser su bastión. Una imagen de política mañosa y corrupción está asociada a muchos de sus cuadros. Más todavía, no son para nada claras las razones para que este partido se haya involucrado en este asunto con tanta pasión.

¿Cuáles son sus motivaciones reales? Les va a ser bien difícil convencernos de que son transparentes y que lo hacen pensando en el bien de Lima.

Pareciera, más bien, que la revocatoria no es más que una ficha en un juego más amplio de movidas políticas y en función de intereses poco claros. Eso, como sabemos, no le gusta nada a la gente.