Pese a estar inmersos en nuestra vorágine electoral, dos recientes hechos del exterior no deben pasar desapercibidos para nosotros: 1) Fue derrotado el intento fujimoristoide de Evo Morales de forzar una nueva re-reelección presidencial, intento que por supuesto no fue criticado por nuestra izquierda local. 2) Brasil, en el marco de la operación Lava Jato, ha dispuesto la detención del publicista Joao Santana, mentor de Favre que estuvo metido hasta las narices en las campañas de Chávez, Lula, Dilma y que desde lejos –según reveló Folha de Sao Paulo– habría monitoreado a Ollanta a través de Favre (¿También a Villarán? ¿Qué dirá Mirko Lauer ahora, que es tan pata de Favre?). Y desde Brasil también denuncian que este señor anduvo metido en cosas feas a nivel de varios países latinoamericanos con Odebrecht y varias constructoras brasileñas. Humala admitió en el Canal 4 haberse reunido en Brasil con Santana (también ver a partir de 00:44 aquí). Beto Adrianzén y Verónika Mendoza deben de saber mucho de este acercamiento. Si se destapa completamente todo este inodoro brasileño-venezolano antes de nuestras elecciones, mucho guano va a salpicar a varios políticos de aquí, y eso variará aún más una muy volátil campaña peruana.
-No me sorprende para nada el artículo a favor de Julio Guzmán en The Economist, dado que lo redactó Michael Reid, el mismo que en otro artículo defendió ardorosamente a Susana Villarán en la revocatoria. No digo que Reid sea caviar, pero aquí, en su base de Lima, solo frecuenta y escucha a ese sector y a nuestro común amigo, Gustavo Gorriti (¡sin picarse!), salvo pequeñas excepciones. Jamás usa su oído derecho y eso le sesga al gringo.