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Aldo Mariátegui: La laguna de los Mohme
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Los Mohme son una familia curiosa: viven en San Isidro, veranean en "Eisha", sus amigos son burgueses y manejan sus negocios con la lógica de los Rockefeller, pero quieren diariamente tirarse abajo el incipiente desarrollo capitalista peruano desde La República.
Por ejemplo, hace poquito distribuyeron, gratuitamente y con ese diario, la película La hija de la laguna, poética propaganda antiminera. Por un lado, tienes a una Heidi andina, una animista que vive feliz (a pesar de una extrema pobreza que no parece incomodarle) en la inhóspita puna, donde conversa con los cerros, las lagunas y los pájaros (¿no será esquizofrénica?). Pronto aparecen los malos de la película: la minera (Yanacocha) y la Policía, como también una contaminante mina informal en la sierra de Bolivia y una destructiva explotación ilegal de oro en la selva (evidentemente, han colado a estas dos minas para dejar aún peor a Yanacocha). Nuestra Heidi andina aparece también como defensora de Máxima Chaupe, esa señora que aduce poseer una pequeña propiedad en medio de las tierras de Yanacocha y que mantiene un litigio –con una terquedad que parece que es más por fregar– que ha resultado una perita en dulce para la demagogia roja antiminera. Y nuestra Heidi no solo habla y filosofa con los animales y las cosas, sino también con un barrigón cura Arana. Toda esta huevada de película acaba con las protestas contra Conga, pintadas cual gesta épica. ¡Solo faltó Mohme bañándose en la laguna! Lo más tragicómico es que este delirante bodrio progre fue financiado en parte por el Ministerio de Cultura con nuestros impuestos, junto a la Cooperación Española.
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