Aldo Mariátegui: Para el He-Man rojo

El "escritor" rojo Juan Manuel Robles se molestó mucho en Twitter por meterme con su amigo Guich. Más bien debería agradecerme que haya escrito El octavo ensayo, en la medida en que un libro así tal vez pueda evitar que en el futuro aparezcan más seres ultracomunistas como su padre, que al pobre Juan Manuel lo metió al colegio de la embajada cubana en Bolivia para que le lavaran su pobre cerebro infantil con basura castrista a más no poder, un padre tan ideologizado que le decía cosas tan estrambóticas de pequeño como que debería sentirse afortunado de haber nacido el mismo día de la rebelión de Túpac Amaru II, además que ese mismo caballero cumple hoy el ingrato papel de ser el virtual director en la sombra de ese delirante bodrio chavista-nadinista que es "Diario Uno", algo de lo que difícilmente un hijo puede sentirse orgulloso. ¡El octavo ensayo es a los rojos como la Biblia a Drácula!

De otro lado, todos sabemos que a Robles le importan tanto los cherries que es capaz de olvidar todo lo feo que ha escrito contra "la concentración de medios" para presto salir exultante en los diarios y canales del grupo al que tanto ha criticado (y hasta agraviado. No quisiera pensar que ese encono a EC es motivado porque le sacaron de columnista de allí), para promocionar lo que él pomposamente denomina su "ars poética", espectacular obra cumbre concentrada en un dechado de valores universales como lo es… ¡el dibujo animado He-Man! ¡Fuiiira!

Y Robles se confunde: la caca no es El octavo ensayo, sino toda esa bazofia roja y fidelista que cruelmente a él le inocularon en su infancia, con esos resultados… ¡Happy New Year, He-Man Robles, que este es un buen día para gastar pólvora en gallinazos.