notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Una de las terribles consecuencias de la variabilidad climática son los impactos biológicos. Este año de El Niño, las altas temperaturas del mar, entre 2 ºC y 4 ºC por encima de lo normal en las costas del Pacífico de Chile, han creado las condiciones para la aparición de una gigantesca marea de algas. Estas algas, al entrar en contacto con los salmones –que viven en granjas en cautiverio, en piscigranjas productoras a las orillas del mar– terminan asfixiando a los peces al obstruir sus branquias.

Chile produce unas 600,000 TM de salmón al año. Es una cifra extraordinaria. De hecho, en Perú, salvo en el caso de la anchoveta, no alcanzamos a pescar o criar en cautiverio a ninguna especie marina en esa dimensión.El impacto de El Niño y sus algas se estima que van a reducir en unas 103,000 TM esa producción, cuyo valor se estima en US$800 millones.

¿Nos impacta? Probablemente por dos razones: menor consumo de harina de pescado peruana para las piscigranjas de Chile y la segunda, y potencialmente más importante consecuencia, es que se podría tomar una parte significativa de esa población afectada de salmones para procesarla y producir harina que compita con la nuestra. Es un impacto relativamente menor en todo caso.

La mano de El Niño llega –como el clima– a lo más recóndito de la economía.