80 días de campaña en pandemia
80 días de campaña en pandemia

¡Debate ya!, clama el moradito Julio Guzmán; “indulto a mi papá”, dice Keiko Fujimori buscando algún perdón de los albertistas y apelando al voto duro del fujimorismo; “que el gobierno persiga la pandemia y no a César Acuña”, exclama el candidato aludido, fiel a su estilo, hablando en tercera persona; George “Forzay” haciendo “quites y quiebres” para argumentar poco, cuidando no evidenciar inexperiencia a fin de no perder su primer lugar en las encuestas; Ollanta Humala habla de “su experiencia para gobernar” sin aludir a sus procesos; Urresti, bilingüe, buscando capitalizar el antivoto contra Keiko, sabiendo bien que “los antis” son casi “una religión” en el Perú; Lescano de AP, lidiando con los “demonios” populistas del viejo partido de la lampa; Vero, en el lado “más” izquierdo del espectro, con su cambio de modelo económico, aunque eso implique sacrificar el crecimiento de las últimas décadas, aumentando la pobreza (golpeada adicionalmente por la pandemia), con tal de defender su ideología. Más abajo, Salaverry-Vizcarra, que van en dupla, recorriendo y abrazando simpatizantes, sin guardar la distancia física, como predicaba hace poco cuando era presidente. Esta campaña pandémica no tiene precedentes. Será muy corta, desafiante, cruenta y sin grandes liderazgos.

Los bajos números y la poca distancia los obliga a visibilizarse a cualquier costo. Pero el foco ciudadano está aún en los contagios, muertes, colapso de camas UCI en esta aterradora segunda ola y en un gobierno de emergencia que, hasta ahora, comunica mal.

Lo evidente es que el clímax de contagios y muchas muertes apuntan a febrero o marzo. La situación sanitaria tiene el peor pronóstico. Al gobierno de Sagasti se le exige claridad, que tenga liderazgo para aplicar medidas de contención y eficiencia en la coordinación con sectores clave (FF.AA., iglesias, empresa privada, científicos) para no repetir los horrores del primer año que cobró la vida de al menos 50 mil peruanos. ¡La vacuna es una necesidad de sobrevivencia y todas las manos necesarias para traerla y aplicarla deben tener una velocidad mayor a la del virus! P.D.: ¡Biden, bienvenido!

TAGS RELACIONADOS