Tras decretar zona de catástrofe en las regiones de Arica y Tarapacá, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, visita la zona afectada por el terremoto de magnitud 8.2 en la escala de Richter que anoche causó seis muertes y graves daños materiales.
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Mientras Bachelet aterrizaba en la ciudad portuaria de Iquique, una de las más golpeadas, miles de residentes volvían a sus casas tras pasar la noche a la intemperie en cerros y plazas por temor a un tsunami. Unas 900,000 personas fueron evacuadas a en la costa chilena.
La televisión mostró imágenes de calles bloqueadas por derrumbes. En el puerto de Iquique, pescadores revisaban los restos de centenares de pequeñas embarcaciones destruidas por el violento oleaje para ver qué podían rescatar.
Las autoridades todavía no han calculado el valor de los daños. En tanto, las calles de Iquique fueron militarizadas para reforzar la seguridad, pero a diferencia del terremoto del 2010 no hubo reportes de saqueos.
El Papa Francisco, la presidenta brasileña Dilma Rousseff y el peruano Ollanta Humala fueron algunos de los que *expresaron solidaridad *con Chile tras el sismo.
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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, dijo hoy que llamó a su colega de Chile para ofrecerle ayuda y ya envió energía eléctrica para la zona afectada.
Fernández precisó que su país ya comenzó a enviar al norte de Chile, a través de la provincia argentina de Salta, 400 megavatios de electricidad para auxiliar a las poblaciones chilenas que se quedaron sin energía a raíz del fuerte sismo.