La desaparición del obispo Salvador Rangel Mendoza generó gran conmoción en México, especialmente debido a su histórico papel en la búsqueda de la paz en la región, ya que logró un pacto entre dos cárteles de la droga para frenar la violencia en el estado de Guerrero.
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Inicialmente se informó que Rangel Mendoza había sido víctima de un secuestro exprés en el estado de Morelos, pero nuevos detalles surgidos de las investigaciones le dieron una vuelta al caso.
Según revelaciones del comisionado estatal de Seguridad, José Ortiz Guarneros, videos de cámaras de seguridad mostraron al obispo ingresando voluntariamente a un hotel en compañía de otro hombre.
“Las evidencias que hay en el caso ya se las dimos a la Fiscalía. Hasta donde sabemos entró voluntariamente al hotel, con una persona del mismo sexo, y esa persona después se retiró”, declaró el jefe policiaco a la prensa.
De acuerdo con los informes, entre las pertenencias del obispo se le habría encontrado lubricante, condones y viagra. Según una fuente cercana al representante católico que acudió al hospital, Rangel Mendoza mostraba signos de estar bajo los efectos de drogas.
Estos hallazgos coincidieron con el reporte médico recibido por el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, el cual especifica que el examen toxicológico aplicado arrojó resultados positivos para el consumo de drogas.
Según el médico responsable, Rangel Mendoza mostraba signos residuales de lo que pudo haber ingerido, con un resultado positivo para benzodiacepinas y una posible exposición a cocaína.
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