Los incendios en California ya se han cobrado la vida de más de 80 personas y hay cientos de desaparecidos. (Foto: EFE)
Los incendios en California ya se han cobrado la vida de más de 80 personas y hay cientos de desaparecidos. (Foto: EFE)

Vio la muerte muy de cerca y lo primero que pensó fue en sus hijos. Esta es una de las tantas historias que vienen conmoviendo al mundo en torno a los devastadores incendios en . Tamara Ferguson, una enfermera de 42 años, logró sobrevivir y su valentía se ha convertido en un ejemplo.

“Estoy atrapada en el incendio. Me rodea por completo. Te quiero. Cuida a Brayden y Allyson y Brooklyn. Asegúrate de que sepan cuánto les quise”, dijo presa del miedo cuando decidió llamar a su hija Clarissa de 24 años. Ella es la hermana mayor y le encargó que cuide a sus otros pequeños si es que no lograba salir ilesa.

“No, no, no, lo vas a lograr, estás bien, estás bien, vas a estar a salvo”, aseguró tanto la joven como su hermana Savannah, a quien realizó la segunda llamada, tal como relata el diario Los Angeles Times que compartió la historia de esta madre de familia que vivió de cerca cómo toda la ciudad de Paradise ardía en llamas. A ella le tocaba estar de turno en el hospital, pero por cosas del destino fue parte del caos y la desesperación en el lugar.

Tamara Ferguson no solo pensó que no saldría con vida, sino que vio cómo las casas colapsaban, los transformadores eléctricos explotaban y una ambulancia derretirse por el calor del fuego que ya ha producido más de 80 muertes y cientos de desaparecidos.

Atrapada en un anillo de fuego del que parecía no haber salida, ella telefoneó a sus seres queridos pues lo único que tenía en mente eran sus 5 hijos, aquel 8 de noviembre, día en el que no debió estar ahí sino en casa tras cubrir su turno en el hospital de Feather River en donde recibió la orden de evacuar; sin embargo, decidió no irse y ayudar a casi 70 pacientes que faltaban ser socorridos.

Junto a algunos enfermeros, médicos y bomberos intentaron escapar en una ambulancia pero el fuego consumió totalmente una que iba a pocos metros y fue ahí donde pensaron en lo peor. Decidieron bajar y refugiarse en el garaje de una casa. Las llamas continuaban acercándose y quiso despedirse.

“No, no lo entiendes”, le dijo llorando a su hija, “no voy a sobrevivir”. “Fui la mejor madre que pude ser. Lo siento por los errores que cometí. Lo siento tanto”, añadió.

Pese a todo el miedo, decidieron armarse de valor y ponerse a trabajar para estar a salvo. En equipo comenzaron a alejar la madera del perímetro y regar el tejado, todo bajo las órdenes de David Hawks, un oficial de los bomberos de California. Con él se tomó la foto que aparece ilustrando la de Los Angeles Times.

Luego, la desesperación estuvo por apoderarse de ellos cuando la casa vecina comenzó a arder, es ahí donde deciden volver al hospital. Al llegar se encuentran con la peor escena: el edificio también está en llamas. Deciden refugiarse en el helipuerto, una superficie de cemento que está rodeada de tierra quemada.

La esperanza vuelve a ellos cuando ven aproximarse una caravana de vehículos del sheriff y son evacuados al hospital de Oroville. Es en ese lugar donde su historia de miedo y terror termina y Tamara Ferguson logra reunirse con sus hijos. Clarissa, Savannah, Allyson, de 13 años, Brayden, de 14, y Brooklyn, están con ella y le dan el mejor regalo después de horas de angustia: un abrazo lleno de amor y agradecimiento.

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