Sam Lilley, uno de los pilotos del avión de American Airlines que estaba a pocos minutos de aterrizar de forma segura cuando chocó con un helicóptero del Ejército en Washington, tenía planes de casarse. Es uno de los 67 fallecidos en el trágico accidente aéreo.
“Estaba tan orgulloso cuando Sam se convirtió en piloto”, comentó el padre de Lilley, Timothy Lilley, en un post de Facebook. Y no era para menos. Sam decidió ser como su papá apenas terminó sus estudios.
Amaba ser piloto. Timothy Lilley sirvió como piloto de helicóptero en el Ejército durante 20 años.
“Ahora me duele tanto que ni siquiera puedo llorar para dormir. Sé que volveré a verlo, pero se me rompe el corazón, escribió el hombre, devastado.
Lilley, de 28 años, era el primer oficial en el vuelo. Su carrera iba en ascenso y estaba por contraer matrimonio.
SUEÑOS TRUNCOS
“No esperas realmente conocer a personas que encuentren su propósito tan temprano en la vida, y Sam encontró el suyo en volar”, dijo Kaitlin Sells, quien conoció a Lilley mientras ambos eran estudiantes en la Universidad del Sur de Georgia.
Sam Lilley se graduó en 2018 con un título en marketing pero decidió convertirse en piloto. Anteriormente se había graduado de la Escuela Secundaria Richmond Hill, al sur de Savannah, Georgia, donde había sido un miembro activo de la Iglesia Cristiana Comunitaria Costera.
“Es tan devastador perder a alguien a quien se quiere tanto”, dijo Timothy Lilley. “Este es sin duda el peor día de mi vida”, dijo a FOX 5 Atlanta.
Una noticia local de 2011, difundida en redes sociales, destacó sus esfuerzos para recaudar dinero para construir un pozo de agua en una aldea de Zambia.
El afligido padre opinó que cree que el avión comercial involucrado en el incidente estaba siguiendo los procedimientos adecuados.
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