La falta de democracia en Venezuela fue objeto de condena y análisis de los mandatarios de varios países que participan la VIII Cumbre de las Américas en Lima, donde pidieron que Nicolás Maduro permita el ingreso de ayuda para disminuir la crisis humanitaria.
Durante la cita, no se llegó a un consenso respecto a la situación venezolana pero el vicepresidente de Estados Unidos y el Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Perú y Uruguay) emitieron una declaración en la que aseguran que las elecciones convocadas por Maduro "carecen de legitimidad y credibilidad".
Paralelamente, los presidentes de Argentina, Chile y Colombia, que están entre los más afectados por la llegada de venezolanos, pidieron no reconocer las próximas elecciones (20 de mayo) en Venezuela, donde se mantiene presos políticos y se ha prohibido la participación de otros partidos políticos.
Para Mike Pence, representante de Estados Unidos, su país "no descansará hasta que se restablezca la democracia en Venezuela y que el pueblo venezolano recupere su derecho a la libertad".
Mauricio Macri replicó que Estados Unidos desconocerá cualquier elección que surja de un proceso de este tipo. "Eso no es una elección democrática", enfatizó.
Para el chileno Sebastián Piñera, en Venezuela "no hay democracia, no hay estado de derecho, no hay respeto a los derechos humanos, no hay independencia de poderes, hay presos políticos".
Más contundente fue el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, quien dijo "no reconoceremos los resultados de unas elecciones que están maquilladas para legitimizar una dictadura, en tanto la crisis social se sigue agravando cada día más".
La mayoría de los mandatarios que participaron en la Cumbre de las Américas evocaron la necesidad de que el régimen venezolano reconozca la crisis humanitaria que vive el país petrolero y permita la entrada de ayuda internacional.
Cabe señalar que Evo Morales, presidente de Bolivia y la delegación cubana fueron los únicos que alzaron la voz en favor de Venezuela.