(Reuters)
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Redacción PERÚ21

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Con la decisión de seguir al frente del gobierno venezolano a la espera de que se despeje la incógnita sobre si estará en condiciones de reasumir la presidencia, su sucesor designado, el vicepresidente , refuerza su liderazgo ante eventuales presidenciales anticipadas, según analistas.

"Para el chavismo es fundamental que si Maduro es el candidato en una elección presidencial por la salida de Chávez, lo haga desde la posición de jefe de Estado o de una posición ventajosa, de aura de poder y de control de todas las instituciones", aseguró a la AFP el analista político Luis Vicente León, director de la consultora .

Antes de partir a Cuba a operarse, Chávez "delegó, sin entregarlo" el mando político a Maduro, quien dijo tendría que ser el candidato del oficialista en los comicios que se celebrarían en 30 días.

El mandatario, de 58 años, económicos al también canciller, como decretar créditos adicionales al presupuesto nacional y expropiar bienes, entre otras tareas.

El sábado Maduro afirmó que seguirá en su cargo más allá del 10 de enero, incluso si el mandatario, hospitalizado desde hace más de tres semanas y aquejado de una insuficiencia respiratoria, no puede asumir ese día ante la Asamblea Nacional, como fija la Constitución.

"Yo sigo en funciones y algún día cuando haya posibilidad se me juramenta", dijo Maduro, reafirmando que el oficialismo, "aplicando" también la Carta Magna, resolvió esperar a que Chávez, reelecto en octubre, de seis años ante el Tribunal Supremo de Justicia.

En estas últimas semanas, a medida que el gobierno ha ido informando a cuentagotas de la del mandatario llanero, Maduro ha sido la cara más visible del chavismo, protagonizando numerosos actos públicos y entrevistas en medios venezolanos y regionales.

Maduro "está tratando de dejar claro que hay un testamento político dictado por el presidente y que él es el heredero (…) porque necesita que se le reconozca como tal", explica a la AFP la periodista y columnista venezolana Luz Mely Reyes.

Según varios analistas constitucionalistas, el Gobierno venezolano corre el riesgo de cometer un acto "inconstitucional" si el presidente no asume el poder el 10 de enero, pues en la historia venezolana nunca se ha retrasado la toma de posesión.

Para el politólogo Farith Fraija, a partir de ahora la gobernabilidad del país recaerá en manos del Tribunal Supremo, que hasta ahora no se ha pronunciado sobre la situación, y la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista y que el sábado eligió a la nueva junta directiva conformada por figuras del PSUV.