Garavito se disfrazaba de indigente, vendedor ambulante y otros roles para captar niños de barrios generalmente pobres. (Foto: Composición Perú21)
Garavito se disfrazaba de indigente, vendedor ambulante y otros roles para captar niños de barrios generalmente pobres. (Foto: Composición Perú21)

Luis Alfredo Garavito, el mayor en serie y violador de niños en la historia de murió este jueves en un hospital de Valledupar a los 66 años, según informó la autoridad carcelaria de dicho país. El infame criminal fue el responsable de torturar, abusar y matar a al menos 189 menores.

Como se recuerda, ‘La Bestia’ o ‘El monstruo de Génova’ fue capturado en 1999 cuando intentaba agredir sexualmente a otro menor y, tras un extenso interrogatorio de más de ocho horas, confesó los primeros crímenes.

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Luego de continuar con las investigaciones, Garavito confesó sus crímenes en 59 municipios de Colombia, además de haber cometido homicidios en Ecuador y Venezuela.

Según informó BBC, el modus operandi del colombiano era disfrazarse de ambulante, monje, indigente, entre otros roles, y dirigirse a barrios pobres. Ahí, ofrecía dinero y otros incentivos a niños (sobre todo varones) entre 8 y 14 años, a quienes encontraba en parques, terminales de bus, etc.

Luego de captarlos, los llevaba a lugares poco o nada concurridos y los asesinaba borracho.

Con el crimen cometido, anotaba en su cuaderno el sitio donde había raptado a su víctima y su edad, además de precisar dónde dejó el cadáver.

Tras las horribles confesiones y comprobación de las muertes, la justicia colombiana no permite la cadena perpetua, por lo que le terminó imponiendo una pena de 40 años, la cual seguía cumpliendo hasta su muerte.

‘La bestia’ se encontraba en la prisión de máxima seguridad La Tramacúa y fue diagnosticado con leucemia linfática crónica y otro tipo de cáncer en su ojo izquierdo.

Con su muerte, se cierra para los familiares de las víctimas y otros ciudadanos colombianos el fin de un episodio traumático y trágico en la historia del país, sobre todo porque se temía que este saliera en libertad. Como Garavito ya había cumplido tres quintas partes de su pena, era posible que quedara libre aunque el sentir general de la población local rechazara la medida.

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