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Pakistán: Islamistas protestan por segundo día absolución de cristiana

Grupos islamistas bloquearon carreteras en diferentes ciudades por la decisión del Tribunal Supremo de declarar inocente a cristiana acusada de blasfemia

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Islamabad. Grupos islamistas protestaron y cortaron hoy carreteras en Pakistán por segundo día consecutivo, en contra de la absolución de la cristiana Asia Bibi por el Tribunal Supremo, que anuló la condena a muerte que pesaba sobre ella y ordenó su liberación.
En urbes como Lahore (este), Karachi (sur) o Islamabad, miembros del partido radical Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP) continuaron con los cortes de carreteras, a pesar de la advertencia un día antes del primer ministro, Imran Khan, de que no se enfrenten al Estado.
Unos 250 islamistas han cortado una de las principales entradas a la capital, en la autopista que une Islamabad con Rawalpindi, dijo a Efe el portavoz de la Policía capitalina Abdul Rehman.
La fuente indicó que los manifestantes, que han quemado neumáticos, han cortado varias carreteras de la ciudad y autopistas que la unen con otros puntos del país.
En Lahore, unas 600 personas continúan frente a la asamblea provincial del Punyab, tras pasar allí la noche, y en otros 15 puntos de la urbe grupos más pequeños siguen protestando, explicó a Efe el portavoz policial Shafique Hussain.
La fuente indicó que no se han producido choques con las fuerzas de seguridad y que los manifestantes no están provocando destrozos.
En el Punyab, que acoge a la cerca de la mitad de los 207 millones de paquistaníes, los colegios y universidades han cerrado hoy, al igual que los centros privados de enseñanza en las provincias de Sindh y Khyber Pakhtunkhwa.
Las protestas comenzaron ayer casi inmediatamente después del fallo del Supremo.
Líderes del TLP, partido que incluye en su agenda la defensa de la polémica ley de la blasfemia, han pedido la muerte de los tres jueces que absolvieron a Asia.
La cristiana, madre de cinco hijos, fue denunciada en 2009 por dos mujeres por supuestamente insultar al profeta Mahoma, un tribunal la condenó a muerte en 2010 y cuatro años después perdió una apelación en el Tribunal Superior de Lahore.
El fallo fue defendido por el primer ministro paquistaní, Imran Khan, que dio un discurso televisado para asegurar que "la decisión del Tribunal Supremo es acorde con la Constitución" y pidió a los manifestantes que no se enfrenten al Estado.
La dura ley antiblasfemia paquistaní fue establecida en la época colonial británica para evitar choques religiosos, pero en la década de 1980 varias reformas auspiciadas por el dictador Zia-ul-Haq favorecieron el abuso de esta norma.
Desde entonces, se han producido un millar de acusaciones por blasfemia, un delito que en Pakistán puede llevar aparejada la pena capital, aunque nunca se ha ajusticiado a ningún convicto.
Fuente: EFE
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