Un hecho insólito ocurrió este martes en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv. Una pareja de padres tenía dos boletos comprados para regresar a Bruselas, pero todo cambió cuando en el área de check-in les dijeron que tenían que pagar un adicional de 25 euros para poder llevar al bebé en su regazo o, en su defecto, comprar otro asiento más al precio de un adulto. Esta información molestó de sobremanera a los progenitores que reaccionaron dejando a su hijo en el coche en esa área.
Ante este suceso, los agentes de la aerolínea Ryanair dieron inmediato aviso a la policía de Israel mientras se quedaron cuidando al pequeño. Minutos después, los padres fueron detenidos por los oficiales del orden apunto de ingresar al avión y luego fueron apresados para responder a la justicia. “Todos los trabajadores estaban en estado de shock. Nunca hemos visto algo como esto. No podíamos creer lo que estábamos viendo”, señaló el gerente de la oficina de Ryanair.
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En el libre mercado cada empresa ofrece sus propios precios y ofertas. Sin embargo, existen algunos pequeños consensos entre las compañías del mismo rubro. Esto también ocurre en el caso de las aerolíneas en torno al precio del pasaje de un bebé o un infante: para el primero, la mayoría suele cobrar un monto cercano al 10% del precio de un ticket de adulto; mientras que, para el segundo, suele llegar hasta un 50 % del precio total, teniendo en cuenta que, en ambos casos, el bebé o infante viaja en el regazo del adulto; es decir, no tiene asiento propio.
En cambio, para los adolescentes, el consenso entre las aerolíneas es el abono del pasaje completo como si fuera un adulto y eso le da el derecho de, obviamente, ocupar un asiento individual. Todo esto sujeto a promociones o restricciones propias de cada empresa o, a veces, de alguna leí proveniente de un Estado regulador.