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La anécdota del regalo más absurdo que Guillermo le ha hecho a Catalina
“Honestamente, no sé en qué estaba pensando cuando le compré eso”, admitió Guillermo de Cambridge tras revelar la anécdota.
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La razón por el que la realeza británica sigue gozando de tanta popularidad en Inglaterra se debe en parte porque la monarquía ha sabido adaptarse a estos tiempos. Pese a que la reina Isabel II del Reino Unido es muy apegada a las tradiciones; cada vez son más los gestos de cercanía que los miembros de la familia real británica tienen con la gente. Y eso pasa por revelar detalles de su vida privada.
Este cambio de conducta comenzó tras la muerte de Diana de Gales, cuando por primera vez la monarca se permitió mostrar sus sentimientos en público. Una concesión que hoy se ha normalizado. Sobre todo gracias a Guillermo de Cambridge y Enrique de Sussex, que desde que empezaron a tener un papel importante como royals han hablado de sus sentimientos y sus miedos.
Solo que ahora que su hermano Enrique que se ha ido a vivir a Estados Unidos con Meghan de Sussex, esta labor de comunicación con los británicos ha recaído sobre Guillermo, que sigue revelando detalles de su intimidad familiar para que el día que le toque ser el rey sea visto como uno accesible.
Así lo hizo en julio de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia, durante una conversación que mantuvo en un programa de la BBC Radio en la que reveló cuál había sido el regalo que menos le había gustado a Catalina de Cambridge de todos los que le ha hecho desde que comenzó su relación.
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“Una vez le regalé a mi esposa unos prismáticos (binoculares). Creo que nunca me ha perdonado por eso”, contó Guillermo de Cambridge, que aclaró que el presente se lo dio cuando recién empezaban a salir y aún no se conocían lo suficiente.
“Los envolví yo y todo. Eran realmente bonitos. Yo incluso intenté convencerme a mí mismo de que era el regalo adecuado porque no paraba de decirle a Catalina que se diera cuenta de lo maravillosos que eran porque podía mirar muy lejos con ellos. Pero ella lo que miró fue a mi con cara de no entender nada. Digamos que no fue bien”, continuó Guillermo. “Honestamente, no tengo ni idea de por qué le compré esos prismáticos”, finalizó.
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