Un joven acusado de quemar vivo a su gato y dárselo de comer a sus perros no purgará prisión en Miami-Dade, Estados Unidos. El muchacho fue condenado a cinco años de libertad condicional y a realizar 100 horas de servicio comunitario.
Roberto Hernández (19), en su defensa, manifestó que no era un gato sino un mapache rabioso que estaba atacando la granja de animales en la zona.
“No creo que debe tratarse a un mapache de esa manera...no creo que se apropiado enviarlo a prisión”, indicó la juez Nushin Sayfie de Miami-Dade.
La Fiscalía había pedido un año de prisión para el agresor, pero la jueza justificó su decisión por la edad del atacante y que los fiscales rara vez piden prisión para delitos graves de tercer grado en caso de personas que cometen delitos por primera vez.
“Me parece curioso que en esta caso el estado ha solicitado una pena de prisión cuando en el caso de víctimas humanas no se hace lo mismo", agregó la jueza.
En las imágenes se observa que Hernández, de 17 años por aquel entonces, recoge un gato callejero, lo encierra en una jaula, le echa un liquido inflamable y le prende fuego. El animal se revolcaba de dolor mientras el muchacho bebe una bebida y mira complacido.
Para cuando el animal murió, lo echó a los perros pitbulls.
La fiscal Nicole García argumentó que pidió prisión debido a "la naturaleza atroz del delito... un caso brutal" de crueldad animal.
El agresor tendrá que someterse a una evaluación psicológica de un año y reportarse ante los jueces todos los meses.
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